SOLTERAS
Pudiese parecer una comedia romántica, al estilo gringo. Pudiese parecer incluso una película simplona más queriendo emular el sentido del humor gringo acoplado a una idiosincrasia mexicana. Sin embargo, la película es más dramática de lo que puede relucir superficialmente. La película entraña la radiografía social de un nicho, de una muestra que ocurre en el mundo femenino que acaba por encubrir una violencia socialmente aceptada que merma, que pesa, que lástima y que tiene repercusiones más allá de cualquier convención o percepción aparente que pueda ocurrir en una primer lectura de la película sin hacer mucho énfasis en el subtexto.
Luis Javier Heaine dirige esta película. También Luis Javier Henaine escribe esta película en conjunto con Alejandra Olvera. Apuestan por un producto entretenido, pero la lectura de esta película apunta a una propia lectura de un hombre sobre lo que observa que ocurre en el mundo femenino después de un acto violento, violencia genera más violencia. ¿Qué va motivando a una mujer a lastimar a su pareja? Primero, comprender un rencor guardado por una antigua pareja que no pudo disolver, sino romper. Las relaciones no se rompen, se disuelven- Es un acto violento romper una relación. Y es que las personas no saben disolver relaciones, por eso las rompen y se acaban por hacerse más daño así mismas. Esto es lo que le ocurre a Ana, interpretada magistralmente por Cassandra Ciangherotti. Ana es una mujer que pierde su relación que parecía ser prometedora. Después de su evento, no se encuentra y cae en la queja, el fantaseo, el parloteo y no sabe quién es.
Ana es una mujer reactiva, reaccionaria, sin control de sí misma. Se queja y vive en la negatividad. Al sentir desolación, busca desesperadamente un marido. Entra incluso a una escuela para obtener un marido, sin importar el cómo. En esa escuela para maridos, lo importante no es el amor, es el fin, el objetivo de conseguir pareja y estabilidad de representatividad social, para aparentar no haber fracasado en el tema del amor. Ana, se cansa de vivir relaciones intermitentes, y después de algún tiempo encuentra a un joven, al cual enamora y al cual en la desesperación, busca cómo lograr urgentemente que se case con ella. La loca de la casa, habita en Ana. No sabe qué hacer, y poco a poco, esta aparente comedia romántica termina siendo una terrible tragedia de lo que un ser humano llega a padecer en sentimientos de muy baja calidad amorosa.
Ana se inmiscuye en una espiral descendente, rompiéndose, para finalmente, quedar sola, no porque quiere, sino porque no sabe amar.
Erick Xavier Huerta
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