The Substance

The Substance



Dirigida y escrita por Coralie Fargeat.

Una crítica al sistema cultural que viene reflejado en un lugar emblemático, como es Hollywood, como son los ángeles. 

Propiamente, Elisabeth (interpretada magistralmente por Demi Moore), es una instructora de fitness, que a nivel mediático tiene mucha fama. Sus videos fitness se venden al por mayor, así ha sido durante décadas, pero se enfrenta a que no es eterna esa fama, mucha fama que tiene que ver con la elasticidad de su piel a causa de la juventud que va perdiendo, o del peso que tiene que mantener. Su apariencia.

    Esta misma apariencia creada artificialmente por el imaginario colectivo es una de las causas de la cultura del sufrimiento a la cual está expuesta la humanidad.

Esta misma historia retrata lo que muchos actores y actrices sufren en Hollywood, en Los Ángeles, cuando alcanzan la fama, su persona vive a la sombra de un alter ego que ha creado la media. Este nuevo ser, es un ser perfecto, adorado y amado por las masas, tanto que inhibe al propio ser de quien busca estar a la altura de lo que ha creado la sociedad en el imaginario colectivo. Una imagen falsa de la persona, esta sombra, troquela la psicología de la persona, al punto de desconfiar de sí, vivir al amparo de una figura que también se desvanece en función de que va perdiéndose entre el imaginario colectivo, donde se renuevan nuevas figuras, nuevos productos, uno va y otro viene en la sociedad del consumo. 

La fusión entre estos dos seres, da paso a la creación de un monstruo. La figura que no deja aparecer al ser, la figura que oprime a la persona, y ninguna es, ninguna existe. En esta mística, surge esta historia, de una mujer que no quiere dejar ni perder su juventud, ni su fama, y hace todo por eso, se somete a un tratamiento donde puede parir una mejor versión de su físico para obtener lo que quiere, sexo, fama, poder y dinero, pero es sin amor, pues su fundamento es el miedo, el miedo a no ser y el miedo a perder, que son un solo miedo, el miedo a morir. La persona queda atrapada y bajo el yugo de una sombra de lo que cree ser y jamás será. La película advierte eso, la búsqueda infernal de estar de esclavo frente a una figura que no existe, que se creó en el imaginario colectivo, se volvió imaginario personal, y pierde al ser, buscando todo por miedo. El miedo inhibe. Tanto, que Elisabth tiene miedo de dar a conocer sus imperfecciones, por eso mejor aleja el amor, no vaya a ser que no lo merezca o que el amor pudiese decepcionarse de ella. 

Una tragedia, tremendamente y bellamente filmada.

La película es un ejercicio impecable de introspección y de retrato del imaginario colectivo como incide en el imaginario personal, en el conflicto que todos los días enfrentan muchas personas cuando la fama se vuelve un cuestionamiento de conciencia sobre lo que somos, hacemos y queremos en función de amor o miedo.

Las actuaciones son impecables. Margaret Qualley es Sue y Dennis Quaid es Harvey. Fenomenales trabajos actorales. Indudablemente la película la lidera Demi Moore con suma maestría. 

Se avizora que Demi Moore gane el Oscar por este trabajo, que además sería una honrosa premiación a todas las contribuciones que ha hecho como actriz en su filmografía a la industria con grandes películas que se han convertido en grandes clásicos del cine de hollywood. 


Gran película.

Imperdible.

Erick Xavier Huerta 


Comentarios

Entradas populares de este blog

The Room Next Door

Nosferatu

A Real Pain