Megalópolis

Megalópolis



El rescate de Nueva York. Ahora que se llame la Nueva Roma. 

Escrita y dirigida por Francis Ford Coppola, llega Megalópolis. Una película verdaderamente espectacular en todo, puesta en escena, un hermoso y bello y portentoso guión. Una obra maestra del séptimo arte. 

Ford Coppola nos entrega la visión cinematográfica que hace una oda a la comunicación, la importancia del lenguaje, la importancia de construir en conjuntos la mejor versión de nuestra comunidad, comenzando cada uno por uno mismo, apuntando a la utopía, que siempre nos cuestiona no dejarnos resignar por un estado que siempre puede mejorar.

Ford Coppola busca dar un tremendo mensaje de trascendencia en esta película que entrega en el ocaso de su vida; sin importar la búsqueda de su lugar en la historia del cine, el cual ya lo tiene, Ford Coppola retrata los significados del arte, la creación y la trascendencia de la vida humana. 

Adam Driver presenta una de sus mejores actuaciones como Cesar Catilina, un apasionado arquitecto, que ha ganado el premio nobel por sus contribuciones en la vanguardia del desarrollo de la construcción. Pero Cesar, es un artista, busca crear, desarrollar nuevos lugares para el desarrollo de la gente. Cesar no busca pasar la vida así como así. Sus logros lo han llevado a estar junto a la gente más poderosa del mundo, y tiene familia con mucho dinero, y así ha podido emprender proyectos sumamente ambiciosos, haciendo historia en el desarrollo de la Nueva Roma. 

¿Cuál será la decadencia de la Nueva Roma? Jóvenes en el nuevo siglo se divierten, y los más ricos se drogan y viven el sexo libre de consecuencias. Cada quien tiene responsabilidad de lo que hace con su tiempo, quien queda a la expectativa, quien cuestiona la realidad, quien se inmiscuye en el ocio sin crecer deliberadamente. Al tanto, Giancarlo Esposito hace una tremenda interpretación del Jefe de la Ciudad, el Mayor Cicero—un alcalde al cual todos abuchean. Sale a desfilar, y recibe abucheos, y él, como buen político saluda a toda la gente y hace lo que tiene que hacer, gobernar sobre buenos y malos pero hacer lo posible por deshacerse de quienes considera amenazas para la población. Su hija, es una belleza, interpretada por Nathalie Emmanuel, como Julia Cicero. 

    La historia nos muestra cómo el amor reconcilia a los antagonistas, y ese pivote, eje central de la humanidad, puede revolucionar toda la energía para dar paso a los mejores ámbitos de la creación.

Cesar Catilina sostiene un romance con una periodista, Wow Platinum, interpretada magistralmente por Aubrey Plaza (quien merece bastantes reconocimientos por este trabajo). Wow Platinum busca el poder y el reconocimiento. Ama profundamente a Cesar, pero lo busca controlar. Y el sexo, en su dimensión involutiva, siempre busca controlar, manipular, generar infamia. Cesar acaba de tener una perdida significativa y no quiere formalizar la relación. Al tanto, Wow desespera en su búsqueda de poder y acaba enajenando a Hamilton Crassus III, interpretado de forma genial por Jon Voight. Hamilton es tío de Cesar y es el banquero más poderoso del mundo. Wow ahora siente que tiene todo el poder, siente que se quedará eventualmente con el banco y que se quedara con Cesar al final. La ingenuidad de tener un poco de poder, por eso, dijo Cristo, el reino de los cielos es de los pobres.

Francis Ford Coppola retrata que el artista es aquel que ha descubierto su pasión, el compromiso de su servicio en el mundo, y que eso lo lleva a la creación, y que tal vocación de ser nos lleva al amor, y el amor detiene el tiempo, el amor significa la eternidad, y el tiempo está a nuestra disposición, hay una distensión, hay otro universo que descubrimos. Es el amor lo que nos lleva a la eternidad, lo que nos hace descubrir nuestra facultad creadora. 

Estas grandes epifanías son descubiertas por Cesar, que descubre su pasión, descubre su vocación, se vuelve artista, se vuelve creador, está en busca del amor. A pesar de su gran personalidad y sus grandes capacidades, la gente no le ve con agrado, su propia familia le rechaza, caso de Clodio Pulcher, interpretado por el gran Shia LaBeouf. Clodio quiere destruir a su primo Cesar.

Francis Ford Coppola también retrata los manejos del poder, que parecen atemporales, y que siguen sucediendo en la historia como una tradición en el imaginario colectivo. Hay traiciones, hay mentiras, hay manipulación. 

Los mismos ricos y poderosos se quedan el poder. Unos gobiernan y los otros buscan ser la oposición, agitan a las masas pero para fines de las venganzas arriba, para fines de cobrar facturas arriba. 

La película es una profunda reflexión del descubrimiento de nuestro propio ser, su importancia y la trascendencia de la humanidad. 

Cesar parece perder la inspiración, y cuando parece todo oscuro, surge la luz, vuelve a encontrar el amor, vuelve a crear y con ello se remonta a estar por encima de todo y cualquier poder. Es el arte de nuestra recreación lo que hace compartir lo verdaderamente importante. Es la generosidad lo que nos hace ir al futuro. 

Francis Ford Coppola entrega una verdadera obra maestra, sobre el devenir de nuestra individualidad en la especie humana en esta dimensión y con todas las repercusiones de una responsabilidad que en conciencia asumimos, para poder mejorar. 

Nuestro servicio, es un legado para mejorar.

Imperdible película. Es una de mis películas favoritas en consonancia con toda la filmografía de Francis Ford Coppola que han impactado en mi vida, «El Padrino, Drácula, Apocalypse Now y más, hasta Jack).

Erick Xavier Huerta S.

Creo que Megalópolis debe estar nominada al Oscar, a mejor director, mejor actor, mejor actriz—Aubrey Plaza. Lamento que no la hayan nominado. El trabajo de Osvaldo Golijov que dirigió la banda sonora, es espectacular.

De mis películas favoritas. 




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