Conclave
Conclave
Una magistral película. Imperdible. Cien por ciento disfrutable.
Dirigida espléndidamente por Edward Berger, y escrita por Peter Straughan y Robert Harris, llega esta historia llena de intriga, suspenso y thriller psicológico cuando el Cardenal Lawrence es puesto a prueba llevando a cabo la importante tarea de liderar en el mundo el mayor evento de la historia, elegir al nuevo PAPA. Esta ardua tarea despliega una serie de eventos y conspiraciones en la búsqueda del poder.
Berger, demuestra como la ambición está latente entre los cardenales, y como muchos se auto engañan para poder ser acreedores al máximo poder. Otros juegan a los pobrecitos, a los muy humildes para manipular la votación y ganar el juego. Sin embargo, la búsqueda de la verdad y la búsqueda de la justicia y el honor están siempre latentes.
Ralph Fiennes nos entrega otra poderosa actuación digna de todo reconocimiento, tremendamente sincera, una cátedra de actuación, en conjunto con Stanley Tucci y con la revelación de México, Carlos Diehz como el Padre Benitez. También hay que reconocer a John Lithgow, espléndido trabajo.
En esta historia, de quienes buscan dar un mensaje de amor en el mundo, está latente la ambición, el miedo, la ira, el rencor, la culpa, la fiereza de la venganza, la búsqueda de imponer mano dura. Tiempos siniestros, tiempos oscuros nublan la mirada de quienes están en ambición de poder por el poder. Pero hay mucho en juego, se sabe, que la iglesia debe modernizar su mensaje, acercarlo más a los nuevos tiempos, y no poner barreras y ser tan poco flexibles, por eso hay una pugna y lucha entre ortodoxos y liberales, en la búsqueda de poner a quien mejor represente sus intereses en el poder. Este debate suscita muchas controversias, puestas en juego para apostar ganar. Muchos se pierden en su ambición, y otros tantos más serán descubiertos, humillados a la luz de su propia ambición. De cualquier forma, se trata de elegir la luz sobre la oscuridad, y en estos tiempos será eso lo que gane la dirección de la iglesia.
Una película imperdible, de tremenda humanidad, de cuestionamiento, de fe.
El trabajo de Volker Bertlmann al frente de la banda sonora es excepcional.
Erick Xavier Huerta S.
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