KUNDUN


 


Kundun.


(1997)

Escrita por Melissa Mathison. 

Dirigida por Martin Scorsese. 

Hay una tradición ya en la filmografía de Scorsese por narrar hechos históricos sobre líderes espirituales. Recuerdo al menos ahora «silencio» en 2016 donde narra la historia de dos sacerdotes jesuitas que viajan a Japón para poder encontrar a su mentor, cuya misión era propagar el catolicismo en aquella tierra, cosa que estaba prohibida. La película hace una defensa por la libre creencia y honra a quienes tuvieron que fueron perseguidos por sus creencias. 

De igual forma, Scorsese retrata y hace una importante reverencia a la vida de Jesús de Nazareth en «La última tentación de Cristo». (1988).

Aquí, Martin Scorsese entrega una obra maestra, la narración de la vida desde la más tierna infancia hasta la vida adulta del Dalai Lama. 

Se trata de la adaptación biográfica basada en los propios escritos sobre su vida del decimocuarto Dalai Lama. 


—En Estados Unidos de Norteamérica se han podido levantar obras que han retratado la ocupación China en el Tibet, y las injusticias que ocurrieron, desde «Siete años en el Tibet» hasta esta obra maestra de Scorsese, donde nos muestra y retrata de forma fiel toda la serie de hechos biográficos del Dalai Lama, desde su descubrimiento hasta la consolidación de su liderazgo en el Tibet, tierra que era añorada por China para hacer parte de su república.

Esta película es única porque goza con el testimonial fiel de la propia experiencia del Dalai Lama y el guión está apegado a eso. Por tanto, en aquellos tiempos, la revolución de Mao Tse Tung implicaba ocupar el territorio del Tibet como parte de su república para sus fines políticos, y eso implicaba hacer a un lado la religión, y ponerla bajo el comando del poder político de China, dejando a un lado la manera de gobernar del Dalai en esa tierra pues ahora todo tendría resguardo bajo el aparato gubernamental chino. No obstante, la bandera de Mao estaba acuñada en una frase «la religión es el opio del pueblo». Mucho se ha documentado sobre las infamias que hizo el gobierno Chino sobre el pueblo tibetano, obligando a los monjes budistas a tener sexo en las calles, o a los niños siendo obligados por militares para asesinar a sus padres. Lo terrible y lo inimaginable ocurrió allí, en el lugar santo para la meditación. Inventaron una serie de justificaciones para poder invadir el territorio y levantaron una campaña de propaganda en contra del Dalai Lama en el que le acusaban de violentar libertades, de ser un dictador, de ser lo peor. De tal manera que al Dalali Lama le insultaron, le levantaron falsos, lo acusaron de ser un mal para el pueblo, de ser lo falso en todos los aspectos y trataron por todos los medios, de anular su liderazgo.
        En aquellos momentos el Dalai Lama era apenas un niño cuando comenzó esta crisis. El Dalai Lama fue educado en el amor, en la compasión y en la fe. No dejaban aún que tuviera implicaciones en la política, a pesar de que tenía el mando de dirigir porque así estaba postulado desde su propia esencia y hallazgo. Tenía una autoridad que descubrió muy pronto, y en la más tierna infancia se fue involucrando en los temas políticos, hasta que, adentrado en la pubertad y en la adolescencia tuvo que entrar a comandar una serie de acciones para defender su tierra, su cultura, su tradición y su autonomía. 


    Esta crisis diplomática llevó a buscar maneras de poder defender la independencia y libertad del Tibet; Sin embargo, China tenía el poder en el mundo y los tibetanos no pudieron encontrar aliados en ninguna parte. Les dieron la espalda en la ONU y todos los demás países, hasta Norteamérica, puesto que defender al Tibet implicaba controversias diplomáticas seriamente graves y nadie quería a China como enemigo. Bueno, tanto, que China bajo el comando de Mao habían levantado un nuevo movimiento político que estaba justamente en contra del imperialismo, por eso la situación diplomática internacional era aún más delicada. Y es que Mao, el máximo dirigente del partido comunista de China había logrado triunfar y consolidar la República Popular de China, que estribaba en haber logrado que al revolución popular de China acabara con el régimen imperialista de la dinastía Qing; la revolución que comandaba Mao era con fines de entregar el poder al pueblo y dar fin a los imperios consolidados en Oriente y a la influencia de otros imperios sobre la tierra; la defensa y consolidación de esta soberanía alcanzó al Tibet. Era una situación en la que el Tibet y el Dalai Lama quedaron solos frente al conflicto de la ocupación China sobre sus tierras. 

El propio Dalai Lama estuvo frente a frente con Mao Tse Tung, y buscó mediante el diálogo llegar a una solución pacífica, pero no ocurrió. A pesar del respeto mostrado por Mao al Dalai Lama, sólo ofreció respetar su investidura moral como monje budista pero sin ninguna injerencia sobre el destino de esa tierra, pues ahora pasaría a formar parte del gobierno Chino, y el Dalai tendría que rendir cuentas.

El Dalai Lama y los monjes budistas no se fiaban del respeto mostrado por Mao ni de sus mejores intenciones. Entonces prepararon toda una operación encubierta para que el Dalai Lama pudiera escapar.




Scorsese, retrata de forma formidable la sabiduría del Dalai Lama, producto de la elegante educación espiritual que recibió desde la más tierna infancia. Ello le pudo ayudar a que el propio Dalai Lama encarnara las mejores enseñanzas del Buda. 


El Dalai Lama sabía que tenía enemigos, pero nunca les guardó rencor. Lo despojaron de su liderazgo, lo despojaron de su hogar, de su tierra, de sus bienes. Pero el Dalai Lama sabía que solo él puede poseer su libertad y que nadie puede despojarlo de tal confianza ontológica. El Dalai se desapego de su hogar, de su "poder político", de su cuna de poder religioso.

Por conciliar con su pueblo, quienes le querían con vida, el único lugar en el que pudo encontrar resguardo fue en la India, pueblo amigo del Tibet. Ellos le dieron asilo político. Tanto la India como Nepal resguardaron a los monjes tibetanos. El Dalai se asentó en la India y permanece allí hasta la fecha exiliado añorando el día en que pueda regresar a casa. 

La película goza de una inmortal banda sonora dirigida por Philip Glass. Y es sin duda, una de las mejores películas de Scorsese y la mejor adaptación al cine que existe sobre la vida del Dalai Lama. 

Imperdible. 

Una obra maestra.



Erick Xavier Huerta S.






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