HISTORIA DE UN MATRIMONIO

Prende las velas y pide un deseo.
Pide algo.
Alguien que me mantenga cerca; alguien que me hiera profundamente; alguien que se sienta en mi silla, que arruine mi sueño, que me mantenga alerta de estar vivo. Alguien que me deje ser también su ser. Alguien que me necesite mucho. Alguien que me conozca demasiado bien, alguien que me empuje y me presione y nos apoyemos para sobrevivir. Alguien que me mantenga vivo, alguien que me confunda, alguien que me deje ser, alguien que haga mi día. Pero solo, sólo estaré, y no será estar vivo. Alguien que me sature de amor, alguien me obligue a importar, a estar en las alturas, alguien que sepa que siempre estaré ahí, aterrado como tú, ayudándonos a sobrevivir, para estar vivos, para estar vivo. Para estar vivo.


HISTORIA DE UN MATRIMONIO

¿Y si aparece? ¿Y si se cumple tu deseo estarás preparado? ¿Estarás preparado para el amor? ¿Estarías preparado para el amor?

Estamos hechos para amar incondicionalmente.

Noah Baumbach escribe y dirige esta película que es muy personal, para él, y muy familiar para todos. ¿Qué es el amor? —De pronto, el amor puede pasar a segundo plano por no saber de él, por no experimentarlo, por dormirse, y por no estar despiertos. No saber comunicarnos, no saber expresar nuestros sentimientos, no saber estar conscientes de nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, produce que nos alberguemos en un estado de inconsciencia, dormidos.

Es lo que le sucede a los personajes de Adam Driver y de Scarlett Johansson. Un matrimonio joven (Charlie y Nicole) que de pronto, de la nada, deciden separarse, por un duelo de egos. Cada uno es narcisista, ególatra, y no gozan de humildad, ninguno cede. Ella, por su parte, defiende sus intereses, se encierra dentro de su ser y no abre sus sentimientos a su pareja, y deja que él quede apartado, sintiendo su frialdad, su indiferencia, y resiente cómo se aniquila el amor. Él no cede ante las peticiones, y no es muy sensible tampoco a lo que pueda querer el proyecto de vida de su mujer. El proyecto de vida de ambos es muy similar, y sin embargo, no logran hacerlo funcionar. Él es director de teatro, y también podría dirigir en Los Ángeles donde su mujer podría hacer una gran carrera como actriz de cine, pero él osa estar y hacer su vida en Nueva York y su mujer ha gustado acompañarle pero de pronto, ha resentido ser sólo su sombra y haber renunciado a un destino prometedor en su carrera como actriz. Y él, también promesa del teatro de Nueva York, pudo haber alcanzado otros confines. Ambos, ahora, se reprochan qué pudo haber sucedido si no se hubieran encontrado, y renunciado a varias cosas, por amarse, por acompañarse, por haber emprendido un proyecto de vida, donde una vida pudieron canalizar a la tierra, su hijo. 

La falta de comunicación, y de pronto, la aparición de la desesperanza y la indiferencia, hacen estragos en el amor. Y no saben perdonarse y no saben perdonar. Incluso, en una de las escenas del principio, la joven niñera que cuida a su hijo mientras ellos se encontraban saliendo en la vida nocturna de nueva York, es asombrada por el carisma de ambos, por su gran atracción, y es el gran señalamiento que hace el director mediante esa escena y a través de ese personaje incidental—la niñera» para marcar el narcisismo y ego de ambos. Los dos quieren sentirse admirados. Ninguno tiene humildad, a pesar de buscar civilizadamente separarse, el reproche, el rencor, el odio y la desesperación está en ambos, porque ambos no han logrado encontrar la plenitud dentro de su ser. 

¿Y son uno para el otro? Ambos son espejos de ambos, pero no gustan lo que ven en el espejo y creen que lo que ven en el otro no está en cada uno de ellos. Reprochan. La verdadera pareja es aquella que te lleva al centro de tu propio ser. Hasta la última gota de sangre derramarás por intentar salvar el amor.

Ningún vínculo es imposible de rescatar.
Siempre hay alternativas. Siempre hay salidas para rescatar nuestros vínculos y nuestro amor.

Además de todo eso, la aparición y voracidad, ambición y frialdad de los abogados, acaban por aniquilar el amor. Acentúan el odio, el rencor, el reproche. Matan el amor. Una persona presa de sus miedos, de su odio, de su rencor, es una actor reaccionario, ni siquiera es una persona, porque no es libre de elegir amar, sino que es presa de sus propios demonios y sólo reacciona, mecánicamente ante cualquier estímulo. Es el caso de nuestros dos personajes que habían intentado amarse, pero que ahora, optan por rendirse. Tienen mucho miedo, y optan por el camino donde no hay amor.

Tengo que decir que Adam Driver demuestra la gran talla que es como actor. Estará nominado a grandes premios, sin duda. De igual forma, la maestría de Johansson es evidente. Y están estupendamente y magistralmente dirigidos por Noah Baumbach. Noah sabe lo que quiere. 

Baumbach verdaderamente dirige esta película de sobre manera. Es espléndida. Es una gran obra cinematográfica y las actuaciones resaltan poderosamente atrapando tu atención cada minuto. Que, por cierto, las actuaciones de reparto tanto de Laura Dern, como de Ray Liotta, son poderosas. Creo que ellos dos (Liotta y Dern) merecen la nominación a los premios Óscar. Son espléndidos.

La fotografía es increíble, la cinematografía es admirable. El soundtrack dirigido por Randy Newman es bello y glorioso. La dirección de Baumbach es impelcable, es majestuosa.

Es una gran película, sobre todo para advertir la importancia del amor, porque nuestros personajes principales (Nicole y Charlie) siempre están a tiempo de rescatarlo. Al final, vemos que pudieron haberlo resuelto, pero al parecer ya es tarde, tarde para un gran amor que nació y que se consolidó en canalizar una nueva vida a la tierra. Y nuestras vidas correrán, y no se detendrán, y vendrán nuevas vivencias, pero siempre habría que estar alerta de saber cómo amarnos para amar a los demás.

Nunca es tarde.
Nunca es tarde para el amor.

Erick Xavier Huerta

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