The Platform
Dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia
Escrita por David Desola.
Una película muy original, y bastante creativa. Con muy buenas actuaciones, con una espléndida dirección, violenta y dramática.
La plataforma, nos cuenta la historia de un proceso psicológico al cual están sometidos centenares de personas que tienen que soportar el tiempo conviviendo con una sola persona durante un mes. Y cada mes se rotan las parejas, y a veces coinciden en un piso, y otras no. A veces coinciden con psicópatas, y a veces no.
En la plataforma uno aprende varias cosas. Que no le hables a los de arriba porque no te contestarán, y a los de abajo no les hables porque están abajo. Los de abajo no entienden que debieran ser un poco más prudentes con sus acciones porque hay más personas debajo que de ellos. Y los de arriba deberían ser más prudentes porque abajo hay muchos abajo. Y hay algunos de arriba que quieren, mediante el diálogo hacer comprender a los de abajo para que tomen conciencia de los demás que están más allá de la espiral descendiente.
Nuestros personajes van comprendiendo, primero, que tal vez al tiempo no necesitan los restos de lo que dejan los de arriba, pero al tiempo, tienen hambre y el hambre desata la locura. Y cuando comprenden lo que es estar más allá debajo de los de abajo, sienten empatía, y valoran cuando están arriba pero valoran al punto de desquitarse y se desata su ambición y su egoísmo. Pierden el equilibrio. Nunca están equilibrados, y a veces se conforman, y otras veces desatan rencor y otras veces desatan la ira y la ambición y la avaricia.
Los de arriba siempre se burlan de los de abajo. Y como los de abajo muchas veces no entienden ni comprenden, los de arriba se cagan en los de abajo y les gritan y les amenazan porque no entienden. Y la espiral ascendente y descendiente es demasiado desequilibrada, y necesita orden. Pero es difícil, habita la injusticia. Y a veces cuando estás muy abajo, otro de abajo buscará la forma de defenderse, haciendo lo que tenga que hacer y necesario, porque abajo habita la desconfianza.
Cada mes despiertas en un piso diferente, y las circunstancias cambiarán por completo.
Pero esto no solamente es un ejercicio psicológico elemental superficial de la lectura que visualmente apreciamos y de la narrativa yuxtapuesta ahí con fines de hacernos comprender que en todo sistema, hay una metáfora con el nuestro que gobierna en sociedad. No. También es un ejercicio espiritual, de comprender, que quien muchas vividas ha tenido, sabe porque ha estado en múltiples circunstancias y tiene una perspectiva más amplia de la realidad, por eso, aquel que ha vivido muchas veces y ha comprendido y solventado su karma, comprende aquí y ahora y se comporta mejor, mayor como es debido en el sentido de la justicia y la verdad.
No es la única vida que vivirás.
No siempre estarás en el mismo piso.
¿Es usted comunista?—¿O por qué quiere ayudar a los demás?—Preocúpese por usted, y a los demás que no le importe, aunque sean los más cercanos, los vecinos de abajo y los vecinos de arriba. Ahí no habita la solidaridad, en cambio la ofensa se va contaminando y contagiando de piso a piso en forma descendente. Y a veces hasta los de arriba ofenden más porque estuvieron abajo y se vanaglorian en su rencor, porque ahora se sienten superiores.
Si cada uno comiera su ración, alcanzaría para todos. Pero ahí, en la plataforma no habita la armonía, ni la empatía, ni la consideración.
Se requiere una rebelión, porque además se ha corrompido el sistema; y no están los que debieran estar, al contrario, hay inocentes. El sistema está cometiendo una injusticia. Hay que levantar un mensaje, y aunque los portadores del mensaje se hayan dado cuenta, en la revolución, su vida quedará de paso en el camino.
Estupenda.
Obvio.
Erick Xavier Huerta
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