Milarepa



Milarepa

Dirigida por Neten Chokling y escrita por Neten Chokling y Tenzing Choyang Gyari.

Con una estupenda cinematografía y dirección. Grandes actuaciones y una espléndida puesta en escena, con retrato de los lugares místicos del Tibet, en las montañas e Himalayas, esta es una película imperdible, que nos narra y cuenta la primera parte de vida, los principios de vida de Milarepa, cuando tuvo sed de venganza, cuando fue un hombre que buscó que su corazón expresara crueldad al mundo.


Hay un hombre que ha inspirado a grandes iluminados. En tiempos de místicos, en oriente, hubo un hombre que después se llamaría Milarepa. Se llamaba Thopaga, y se gran historia como místico se convertiría en una de las más admiradas en el Tibet.

Sed de venganza, demonios, magia, asesinatos y redención son los temas que tuvo que vivir Thopaga antes de ser Milarepa, el iluminado.
Thopaga fue hijo de un hombre muy rico, de corazón bueno y noble. Su madre de Thopaga era una mujer envidiada por ser rica, esposa de un gran hombre, y ahora de tener un hijo varón. La suerte sonreía a la familia de Thopaga, amor y abundancia no faltaban. Hasta que un día la enfermedad se presentó al patriarca, y este murió.

El padre de Thopaga en el lecho de muerte pidió perdón a su mujer por no quedarse más tiempo en esta vida, pero así es el karma. El Padre de Thopaga pidió a los tíos, sus hermanos, se hicieran cargo de Thopaga y su madre, y que al cumplir la mayoría de edad, le entregaran sin reparos la herencia a Thopaga. Pero al morir el padre de Thopaga, sus tíos se robaron todo. Los tíos de Thopaga eran corruptos y ambiciosos, y todo el tiempo lo usaron para malgastar la riqueza de la familia de Thopaga en vicios y ambición, en apuestas y en despilfarro y a Thopaga y a su madre les trataban como escoria, miserables.

La madre de Thopaga se fue convirtiendo en una mujer amargada y rencorosa con la vida por la injusticia que padecía. Vivía humillaciones. Le decían que era una inútil, que no hacía nada, que todo lo que hacía era insuficiente, que era una miserable y debería agradecer que les cobijaban sus familiares, y le cuidaban. El rencor creció en el corazón de la madre de Thopaga.

La madre se desquitaba y lanzaba toda su frustración hacia su hijo Thopaga. No le dejaba cantar, porque eran miserables, no le dejaba hacer mucho. Al tiempo, Thopaga gozaba de un buen corazón, pero su amor por su madre le hizo enfermar de buscar un camino inadecuado. La madre de Thopaga le instruía para que él buscara venganza.

Thopaga tenía una mujer a la que amaba, le conseguía flores para darle felicidad, pero aquella mujer que gozaba de ese amor simplemente agradecía estar en los pensamientos de Thopaga.

Al tiempo de crecer, la madre pidió a los tíos que le entregaran la herencia que le correspondía a su hijo y se acabara la miseria. Pero ya no había riqueza, la habían despilfarrado y se habían apropiado de ella los tíos sin consideración. Esto desató la ira y la furia de la madre y le instruyó a su hijo cobrar venganza contra los tíos y contra el pueblo por corruptos, traidores e infames. El mal corazón había contaminado todo. Y Thopaga fue en busca de prepararse para cobrar venganza contra sus tíos y el pueblo indiferente y atroz.

Thopaga encontró a magos, personas que le enseñaron grandes sabidurías, pero Thopaga cobró el uso de esta sabiduría para vengarse. Y azotó al pueblo, y muchos murieron, y los tíos buscaron matar a la madre que sonreía y se jactaba de júbilo porque ahora todos sufrían y podían sentir su miseria. El pueblo azotado, supo que esto se trataba de la venganza de Thopaga que se había convertido en mago.

Pero Thopaga, no descansó. Tenía pesadillas, y sabía que algo estaba mal. Los sentimientos de venganza no le daban paz. Después de su venganza, comprendió que sólo la venganza trae más problemas y no resuelve nada. El pueblo buscaba a Thopaga para vengarse, y matarle.

Thopaga pronto descubrió que los enemigos estaban en su mente, que ahí les había construido. Que tal vez no dominaba su mente. Que la venganza no resuelve problema alguno, y sólo crea más.

El futuro de Thopaga provendría de su pasado. Cuando la muerte llega, sólo las experiencias de tu vida te acompañarán.

Thopaga ahora se encaminaría al sendero de la iluminación, para ser paz y armonía perfecta aquí y ahora.

Imprescindible.

"Cuán insensato es descuidar
la propia vida
luchando con enemigos
que no son más que frágiles flores.
Cuán necio es pasar una vida
sin comprender
que un preciado cuerpo humano
es un don tan excepcional."

Milarepa,
La canción de la Pradera Nevada.




ERICK XAVIER HUERTA

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