Ferrari

Dirigida impecablemente por Michael Mann, escrita por Troy Kennedy Martin y Brock Yates. Protagonizan Adam Driver, Shailene Woodley, Giuseppe Festinese y Penélope Cruz.  

En el Verano de 1957, Enzo Ferrari enfrenta la gran crisis en su empresa. 

El objeto de Michael Mann, más allá de hablar sobre toda la vida de Ferrari, trata de retratar el carácter de Ferrari, su personalidad, su esencia y cómo eso lo llevó a levantar una marca de trascendencia en el mundo en el universo de los automóviles. Comenzando por la propia pasión de Ferrari por las carreras y como eso le implicó perder grandes amores, familia, y a pesar de todo, nunca abandonar su pasión. ¿Era un apego? ¿Era una obesesión? ¿Por qué Ferrari arriesgaba todo, su vida, su dinero y a su familia por las carreras? 

Además, siempre motivado por una fe en la creación, en Dios, Ferrari era un ser temerario, y este espíritu temerario lo contagiaba a todos, a su familia, a sus colaboradores, a sus pilotos, a todo. Su estilo de vida era ser temerario. Y temerariamente llevó su matrimonio con su socia Laura Ferrari, interpretada magistralmente por Penélope Cruz. Un matrimonio que se rompió por el duelo de haber perdido un hijo, cosa que fue minando este matrimonio, vínculo que pareció ser imposible de rescatar, más cuando Ferrari se enamoró de Lina Lardi y con ella procreó otro hijo, quien sería tal vez su esperanza para ser su sucesor y heredero. 

Lo genial de la película es eso, el espíritu de coraje y determinación que retrata Mann en esta historia, coraje que nunca termina, determinación que nunca cesa, y nunca se deja intimidar Ferrari por la competencia, ni por la crisis, ni por la falta de dinero, ni por los competidores. Es una película inspiradora, llena de coraje y voluntad. Pues Ferrari vive luego una tremenda crisis que atenta contra la reputación de su empresa, y buscan desprestigiarlo por todos lados, y firme Ferrari se mantiene y sale adelante.

Se las recomiendo.

Erick Xavier Huerta