Temporada de Huracanes.

Temporada de Huracanes.





La gente vive inmersa en la cultura del sufrimiento.

        El origen de todos nuestros males radica en la ignorancia de nosotros mismos.

Esta es una película tremendamente cruda. Su nivel de contemplación es soberbio y además cuenta con una revelación en la dirección y cuenta con muchas revelaciones en el tema actoral.

Es una película tremendamente impactante.

La adaptación es poderosa. Cuando un grupo de adolescentes se encuentran inmersos alrededor de un crimen, el asesinato a una bruja.

Dirigida magistralmente por Elisa Miller. 

Miller es una de las directoras más valientes que ha tenido México, aborda con tremenda gallardía la miseria y la pobreza en México. 

Protagoniza Paloma Alvamar, Andrés Córdova y Edgar Treviño.

Está película está basada en la novela de la escritora mexicana Fernanda Melchor.

La novela fue un éxito, pero la película quedó al mismo nivel, es tremendamente una obra portentosa de la cinematografía mexicana. El casting, la fotografía, la dirección, las actuaciones. Es una obra maestra de la miseria y el sufrimiento humano. 

No es una película fácil porque retrata y contempla la miseria y la violencia en México, como un espejo, con una soberbia claridad. 

La película habla sobre la homosexualidad y el machismo, y la superstición y cómo la cultura del sufrimiento troquela y enferma a los seres humanos, una cultura social que acepta la violencia. Pueblos rurales en México secuestrados por el crimen organizado, y adolescentes que están a merced y bajo el yugo del crimen organizado. Toda mujer joven está en riesgo cuando vive inmersa en esta cultura. 

Un día unos niños encuentran un cadáver. El cuerpo se trata de una bruja, un travesti que era bruja, y era temido y respetada en el pueblo. Tenía fama de curandera y tenía muchos chismes a su alrededor. La película también retrata de forma magistral la cultura del chisme en que se encuentran inmersos los pueblos de México, chisme que es el cáncer social y abona a destruir el tejido social en las comunidades. 

La bruja travesti (travesti curandero), hacía fiesta en su casa donde acudían adolescentes, y les daba dinero a cambio de favores sexuales, hacían orgías. Era la perversión total de los cuerpos, del erotismo. La involución de los seres por estar lejos del amor. La oscuridad total. 

La película también habla del matriarcado mexicano, cosa que para el personaje de Yesenia (Paloma Alvamar), resultaba una calamidad, pues era una mujer maltratada por su abuela, rechazada por su propia familia por su físico, y por el rencor cultural en que el que se desenvuelve la comunidad. En cambio, su primo, Maurilio (apodado Luismi), magistralmente interpretado por Andrés Córdova.

El famoso Luismi, de los barrios marginales en el pueblo rural de Veracruz, se hizo famoso por cantar canciones de Luis Miguel, pero era conocido también por sus afecciones a las drogas y al alcohol.

No había visto una película mexicana con una tremenda fuerza de dar cátedra narrativa cinematográfica, dentro del universo del thriller, además en contexto con el México contemporáneo, y abordando temas de sumo interés que aquejan a la república en materia de las desigualdades, la brecha que se agrava, y la involución que azota a varias regiones y comunidades, cosa que impacta directamente en violaciones masivas a los derechos humanos.

Bueno, la película aborda temas tremendamente coyunturales como el aborto, el desgobierno, los embarazos adolescentes, y también de la cultura del sufrimiento. La pornografía y su imperio sobre la humanidad, en las regiones más pobres y miserables; las personas solo viven de sensaciones, sin saber realmente a dónde poder conducir su vida, por esta prisión mental, por esta prisión social, por esta prisión que violentamente impone el imaginario colectivo, y la gente en su desesperación, solo sobrevive.


Erick Xavier Huerta


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