Beasts of No Nation



Beasts of No Nation


Bestias de ninguna nación. Sin conciencia, apenas dando atisbos de las consecuencias de sus actos, inocentes, presas de una cultura de violencia. Inocentes, producto de la fuerza natural, ciega, sin mucha conciencia, reactiva ante los estímulos y búsqueda de supervivencia, buscan salvar sus almas, algo clama desde su profundidad, el ser rescatados de las manos del mal.

Toda persona tiene las más profundas razones para ser como son y para hacer lo que hacen. 
Buscamos el perdón.



Escrito por Cary Joji Fukunaga, basado en el libro de Uzodinma Iweala, narran un drama basado en las experiencias de Agu, un niño soldado que participa en la guerra civil de su país en África.


Cary Joji Fukunaga es un esplendido director. Dirigió «true detective»,«no time to die» de James Bond. Jane Eyre, y Sin Nombre.

Dirige magistralmente «Beasts of No Nation». Pienso que es su mejor película. Aquí resalta ya la experiencia y la maestría y creo que lo decanta espléndidamente como director de cine. 

Las actuaciones son espectaculares y toda la película es espectacular, la narrativa, la secuencia, el drama. Es increíble. En tanto, parece una realidad no muy lejana a la que padecemos en México. Esta realidad no dista de México. Esto, nos brinda una cosmovisión que nos hermana con todo el mundo. El mundo sufre en muchas partes una misma problemática: la violencia. 

Incluso se marca dentro de la tradición de «Sin Nombre», donde Joji explora la cultura violenta de la mara salvatruchas en el Salvador y sus movimientos que se extienden por la región de Centroamérica y de América del norte.



Aquí, en este país de África, los partidos políticos han acabado por hartar a la gente, el gobierno en turno busca desaparecerlos para, supuestamente, proteger al pueblo, al tiempo en que transcurre una guerra civil, pues ciudadanos se han levantado en contra del gobierno represor que violenta al pueblo. La visión de Joji Fukunaga es clara, violencia genera más violencia. El gobierno violenta, el pueblo responde con violencia, y crece la violencia. 

Me parece tremendamente importante esta radiografía, que a través de la proyección y retrato del sufrimiento en un pueblo africano, comprendemos lo que está pasando en otras latitudes del mundo como es en nuestro país, México. También azotado por una realidad cruenta, el crimen organizado asesina familias, asesina a su comunidad y toma por rehenes y como soldados a tantos que han padecido la violencia, bajo la bandera del rencor y la venganza, buscan sacar el cobre ante un gobierno que se ha enriquecido por la corrupción y que sigue bajo el yugo de la corrupción en manos del crimen organizado. Un pueblo azotado por la corrupción, la violencia, la intransigencia y el miedo. 



Un genocidio en medio de una guerra civil.

Agu, al padecer tremendos estragos por la violencia, es captado por un grupo guerrillero, de los rebeldes ante el gobierno, buscando venganza. Lo que encontramos es la manera en cómo los niños, en crecimiento y en desarrollo de su conciencia, caen en manos de la barbarie, y su inocencia es manipulada para afianzar y potenciar el infierno que sufre la población. La inocencia de los niños se pone al servicio de la barbarie, se culturizan en esa mística y padecen tremendos infiernos. Son abusados de múltiples formas y cometen actos atroces en beneficio de la bandera "del patriotismo".

Esta tremenda culturización de su vida por la supervivencia en la guerra, los trastorna en todos los sentidos, al tiempo en que ya no saben qué hacer ni qué buscar ni cómo construir otro proyecto de vida. Claramente lo observamos cuando el líder de la guerrilla ahora comienza a labrar en términos políticos el movimiento y su causa, para quedar bien ante los reflectores del mundo. Sus subordinados no quieren ahora abandonar el estilo de vida de guerra y violencia que adoptaron durante tanto tiempo. Les es impensable de pronto abandonar el puesto de "poder" que han logrado conseguir, el abuso que pueden tener sobre sus súbditos. Los celos y la venganza no se hacen esperar. Cosa que debe ser tremendamente común dentro de las organizaciones del crimen organizado en México, nadie quiere ser relevado y todos buscan cobrar factura de sus "sacrificios" ante la guerra inminente que ocurre, civil y por el mando y control del narcotráfico en México. 

Al tiempo, este "poder político" acaba por hacer lo que mejor han sabido hacer desde su perversión, manipular a la gente a su antojo y después no hacerse responsables por los estragos de violencia que han provocado en la sociedad. Se lavan las manos y fingen demencia. 

Al tiempo, lo que ha provocado esta manipulación y tergiversación de las causas, es producir más violencia. Este es el tema, la manera en que estos personajes del "poder político" implantan dinámicas involutivas intransigentemente. 

El abandono a estos personajes llega a ser terrible. 

La película, evidentemente muestra que el mundo observa, y en el mundo hay voces y manos que buscan ir a resolver la situación, a buscar sanar esta terrible tragedia, encontrándose con niños tremendamente traumados por el infierno, por la atrocidad que han tenido que observar y experimentar, asesinar, violar, ser abusados en toda su psique por la violencia, obligándolos a darla y a recibirla, a padecerla por completo al punto de perder su alma y quedar en un vacío tremendo, buscando solamente regresar a esa cultura que les dio "sentido" a su ruta, que les hizo ciegos, que les arrojó a la oscuridad más temible. Esta oscuridad a la que tanto han honrado, pidiendo al sol que ya no brille más ni que ayude a iluminar las atrocidades que han venido cometiendo, buscando a Dios en la oscuridad.

Es una película tremendamente impactante. 

Impactante y trascendente el trabajo de Idris Elba, brinda una tremenda cátedra de actuación.

La música, la fotografía, la cinematografía, las actuaciones, el guión. Todo es espectacular.


Imperdible. Imprescindible.



Erick Xavier Huerta S.

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