PINOCCHIO



«Érase una vez un humilde carpintero llamado Geppetto que vivía muy solo y sin hijos»
Esta soledad le apenaba tanto que Geppetto planeó construirse un muñeco de madera y le llamó Pinocho.



Escrita y Dirigida por Matteo Garrone.

Protagoniza Roberto Benigni como Geppetto y Federico Ielapi como Pinocchio.

Renuente estaba yo con contemplar esta nueva propuesta, con el «live action» de esta película entrañable para mi vida por la influencia que dio a mi ser ver la película de Walt Disney de dibujos animados. Tal cuento, siempre hablaba y avivaba grandes consejos para toda la vida, la confianza, la desconfianza, la verdadera amistad, la conciencia, el discernimiento del bien sobre el mal. La conciencia decantada.

Yo creo que siempre quise decir la verdad, no beber ni fumar, y ser bueno, sincero y generoso, por esta película. Luego en mi adolescencia decanté el mismo precepto en un programa de «empowerment», cuando te retaban a declarar y hacer convencer que eras eso que decías que eras. ¿Quién eres? Bueno, sincero y generoso.

Y luego, decanté el mismo precepto con un auto—concepto primigenio para taladrar mi conciencia y decantar lo que sí soy y no lo que los imaginarios de otro y otros quieren que sea.
Bueno, bello y verdadero.

¿Eres bueno, bello y verdadero?
¿Eres verdad?
¿Eres luz?
¿Eres amor?

Pero esta es una gran propuesta, con una historia que te hace recordar al gran clásico de Disney pero que cuenta con su propia personalidad cinematográfica, su propio, encanto, su propio poder emotivo. Además con el gran romance del propio lenguaje italiano, su pronunciación, su ritmo, su música.
Posee un gran soundtrack.

Música y fotografía.
Hay fantasía, y hay ilusión.
Y hay amor.

Roberto Benigni brinda una poderosa actuación, muy entrañable, profunda, emotiva, como Geppetto. Geppetto es pobre y busca trabajo, busca empleo, pero hay muy poco, hay pocas alternativas y pocas fuentes de ingresos para ganarse la vida. Geppetto es pobre, y un día se entusiasma con trabajar una marioneta, inspirado en una gira de marionetas que pasa por el pueblo. Un hombre que vende madera para carpinteros se da cuenta que un tronco está encantado, y espantado por la hechicería y la brujería, se lo regala a Geppetto con tal de deshacerse de tal cosa. 

Con amor, Geppetto esculpe al tronco, y este comienza a latir, y le llama padre a Geppetto. 
Encantado y alegre de la vida, festeja el nacimiento de su hijo y va a contarlo a todo el pueblo. 

Geppetto nombra a su hijo, Pinocchio.



Pronto, Geppetto le lleva a Pinocho a la escuela, para que aprenda como todos los demás niños. Pero Pinocho no quiere ir, y decide mejor ir a ver al circo de las marionetas, y ahí le confunden con una más, y se lo llevan. Y sólo conmoviendo el corazón del dueño del circo de marionetas, podrá escapar Pinocchio, y así sucede. Se conmueve tanto el hombre de Pino, que le da monedas de oro para que regrese con su padre. Y al regreso, Pino se encuentra con un gato y un zorro que le envuelven en mentiras, y juegan y le engañan a que son sus amigos. Pronto le traicionarán y buscarán asesinar para robarse su dinero y sus pertenencias.

Pino no cree que haya asesinos, quiere creer sólo lo que él quiere creer y se engaña así mismo no teniendo la mínima precaución de cuidarse hasta que será asaltado e intentado asesinar por estos malhechores. Es la primer escena tan fuerte, que desnuda por completo la inocencia y vulnerabilidad de Pino al confiar en cualquier malhechor que se la ha acercado con la mentira de fingir ser su amigo.

Le rescatan, como a un Cristo crucificado, una hada que vive por ahí. La niña hada le cuida para que se reponga. Cuando cobra sentido Pino, le cuenta mentiras al hada, y a este le crece la nariz hasta que deja de decir tantas mentiras. Mientras el hada infantil juega con Pino y se vuelve una de sus mejores amigas. Y hasta que se repone Pino, y ha vuelto a estar sano, se dispone a regresar con su padre.



En su camino de regreso, otra vez es abordado por el gato y el zorro, y le engañan pidiendo que entierre sus monedas de oro en una supuesta tierra donde cada moneda hace surgir un árbol de miles de hojas de monedas de oro, para que que ahora se vuelva rico Pino y saque de la pobreza a su padre. Zorro y Gato han engañado otra vez a Pino. Y Desaparecen con el dinero.

Pino quiere justicia, pero sólo encuentra corrupción.

Ahora Pino ha regresado a su pueblo, a su casa, pero su padre ya no está.
Geppetto se fue desde hace tiempo a buscar a su hijo por mar y tierra.

Pino trata de ir en busca de su padre, pero no lo encuentra. Otra vez es rescatado por el hada, y esta vez el hada ha crecido, ya no es la misma niña que le cuidó y jugaba con él, ahora ya es una mujer. Pino también quiere crecer, le dice al hada, pero el hada le responde que muñecos de madera no crecen, las marionetas se quedan así, igual por siempre. ¿Hablará de los eternos adolescentes? ¿Hablará de los eternos infantes? ¿Del crecimiento espiritual? ¿Por qué una persona hace lo mismo y lo mismo y nunca quiere progresar? ¿El crecimiento está en el corazón ó en un desarrollo biológico de la inteligencia vegetal y animal?



Viene de la inteligencia vegetal Pino, de un tronco. No habría por qué tener que crecer.
Pino no se quiere quedar así. Entonces el hada le dice que si quiere crecer, tiene que comportarse como niño bueno, sincero y generoso, que lo demuestre yendo a la casa, comportándose, y siendo bueno con su padre.

Y es que a Pino no le importan los sentimientos de los demás. Su padre le ama, pero poco ha querido cuidar de esos sentimientos, dejándolo con sus preocupaciones, con sus consternaciones, y le ha faltado al respeto engañándole de hacerle saber que va a la escuela cuando en verdad se va de pinta. Y no estudia, y en cambio, vende sus cuadernos de estudio para usar ese dinero en ocio y diversión. No cumple, es irresponsable. Y también engaña a su hada, y a pepito grillo (conciencia que le persigue advirtiéndole de cosas que le pueden perjudicar). Pero Pino no le quiere hacer caso a nadie.

Pino no siente empatía, compasión. Pero Pepito, Geppetto, el hada, tienen fe en el corazón de Pino.

Pino se queda a vivir en la casa del hada, con la mujer caracol, que le cuidan y le abrigan mientras Pino va a la escuela.



Pino no quiere estudiar ni ser buen estudiante, hace un esfuerzo, pero no vive entusiasmado. Entonces, ahora Pino se junta con otro niño que gusta de robarle a la gente, de no ir a la escuela, y de ser vago. Pino se vuelve un niño criminal, vaga, hace travesuras, roba.

Al pasarse días de pinta y sin volver a casa, un día decide regresar a la casa del hada, pero ya no le reciben, porque le desconocen, porque a ese Pino delincuente, ladrón y vago, no le recibirán en casa. Pino pide perdón, y le dan otra oportunidad.

Pino trata de hacer otra vez bien las cosas. Coopera en casa, hace su tarea, va a la escuela y cumple.
Parece que va bien Pino.


Un día se reencuentra con su amigo vago, y este le cuenta a Pino que se irá a un lugar donde no hay responsabilidades, y puedes fumar, y beber, y destrozar cosas, bailar, cantar, gritar, y no asumir ninguna responsabilidad. Puedes hacer lo que quieras y a nadie le importa. Pino queda intrigado, y acompaña a su amigo a esperar el camión que le llevara a su amigo hacia este lugar de libertinaje.

Al llegar el carruaje, lleno de niños, sube su amigo de Pino, pero también invitan a Pino a que se sume y venga a este lugar. Todos le gritan que se anime y que se suba, y Pino siente una motivación y presión de entusiasmo que lo hace subir al carruaje.

En el lugar, Pino rompe cosas, grita, y hace lo que quiere. No duermen. Y se divierten, como burros, como asnos. Y en eso se convierten al día siguiente, y les venden.

Un hombre de circo compra a Pino, ahora burro, y lo lleva para sus espectáculos. Que se rían, que entretenga a las masas, con sus gracias, con sus maromas, con su apariencia de asno.
El hada va a ver a Pino al circo, y lamenta con una mirada el destino de Pino.
Pino voltea a ver a su hada con una profunda pena y vergüenza.

Pino no alcanza a dar los méritos que pretende el cirquero con sus apariciones. De manera que deciden sacrificar su vida. Al momento de querer matarle, la sal de mar y peces disuelven su figura de asno, y Pino regresa a ser Pino y da gracias a su hada, y escapa nadando en el mar donde pretendían matarle ahogándole.

Al tiempo, Pino será comido por una gran ballena, donde en su interior estaba viviendo su Padre Geppetto.
Ahí se reencuentran, y Geppetto, sin esperanzas da gracias de reencontrarse con su hijo y vivir lo que le quede de tiempo adentro del monstruo marino que les ha comido y espera digerirles. Pino quiere escapar, y huye con su padre del monstruo, por la boca en un momento de descuido. Pero su padre, enfermo por el tiempo y la mala nutrición cae débil, y en un lugar Pino tiene que ir en busca de ayuda.

Pino encuentra a un hombre que es dueño de cabras, vacas, y molinos, y a este pide ayuda con un poco de leche para llevar a su padre y se pueda recuperar. Pero el hombre no le regalará nada a menos que trabaje Pino.

Pino tiene que trabajar, para poder salvar a su padre, consiguiendo dinero y alimento para poder sobrevivir. Pino logra salvar a su padre, y adquiere el hábito del trabajo y valora el dinero ganado.

Así, Pino, ha salvado a su padre, y cumple con sus responsabilidades. Un día, se reencuentra con el Zorro y el Gato y otra vez lo intentan embaucar con mentiras queriéndole robar su dinero y sus pertenencias, pero esta vez Pino ha comprendido la lección, e impone sus límites, y se impone ante ellos defendiendo su integridad.

Pasa el tiempo, y Pino ha demostrado ser un corazón noble, bueno, sincero y generoso.
Un día se presenta el hada a Pino mientras este trabajaba, y Pino se alegra de ver a su hada, y cae dormido para convertirse en un ser humano.

Pino es un niño de verdad.

Este es un gran homenaje al cuento de Pinocchio, en toda su dimensión. Es una historia que habla sobre el corazón y el amor y Matteo Garrone entrega un nuevo clásico del cine italiano.

Pino regresa contento, lleno de felicidad, de gran entusiasmo para darle la gran noticia, que es un niño de verdad, a su padre que le espera en casa.

Es un gran final.

Está lleno de amor y de libertad el final de esta película.
Sí me provoca llanto.


Erick Xavier Huerta S.





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