A little Chaos



Escrita y dirigida por Alan Rickman.

Dos talentosos jardineros se enamorarán en el proceso de encomienda del Rey Luis XIV para llevar a cabo el trabajo de jardinería en Versalles.

Luis XIV se mudará a Versalles, que queda lejos de la mancha urbana de Francia, y eso da mayor privacidad, y mayor tranquilidad al rey para resguardar lo poco que le queda en su vida íntima. Todo el tiempo está asediado por servidumbre y por la corte real. Todo el tiempo, y lo poco que le queda es un espacio íntimo cuando contempla la realidad. Y una de las aficiones del rey es tener jardines, y le encanta las flores y la jardinería.

El encargado para llevar a cabo los designios del rey es André Le Notre (Mathias Schoenaerts) y entonces concibe llevar acabo una licitación de colaboradores para armar el jardín que planea. Aquí entra Kate Winslet, que interpreta a Sabine De Barra, una mujer solitaria que aguarda un secreto y que es apasionada de la jardinería. Pero Sabine de Barra tiene ideas caóticas, y es su idea del caos la forma en poder acercarse al edén; —esto intriga a Le Notre, y por ello le brinda una oportunidad de colaboración a Sabine. Lo que no saben ambos, es que por esta circunstancia laboral y de colaboración, encontrarán el amor, la redención, la esperanza, la ilusión.

Son tiempos de cambio. El Rey se mudará. ¿Qué protección debe dar un jardinero a una flor en tiempos de cambio?—Paciencia, cuidado, atención y un poco de cariño como el calor que brinda el sol a todas las plantas, a todas las flores. Es la mejor esperanza.

Así también dirige Rickman cada puesta en escena y todo el ritmo de la película, con esos mismos preceptos que hace un jardinero con una flor. Paciencia, cuidado, cariño, atención, profundo amor.

André Le Notre viene de una decepción amorosa. Sigue con su matrimonio, y su esposa le ha avergonzado. Su esposa «Madame Le Notre»2 (interpretada magistralmente por la actriz Helen McCrory) gusta de coquetear y acostarse con otros hombres para humillar a su esposo, como una relación tóxica terrible, infame. André Le Notre acepta con humildad tal humillación de la mujer que ama y ha amado, y sigue con su vida, y se resguarda en su trabajo, hasta que conoce a Sabine. Madame Le Notre se ha encargado de destruir la relación amorosa con André. Quiere controlarlo, asediarlo, oprimirlo.
Este acercamiento a Sabine despierta las ilusiones y amor en André, de nuevo. Esto despierta celos de la esposa de André (Madame), pero es demasiado tarde, porque ella ya ha puesto esta condición en la relación de ambos, que ha perdido la confianza del amado, que ha traicionado la relación. Es justo, es necesario, es libertad de André ahora amar a otra mujer.

Madame Le Notre, acosada por celos, buscará boicotear toda la labor de Sabine, mientras sigue divirtiéndose con más amantes de la realeza, y sigue buscando humillar a su enamorado y amado André, que poco a poco ve perdido por su encantamiento y deseo creciente de amor por Sabine.

Sabine se compadece del amor que ha despertado en André, y responde amablemente con saciar su sed de amor. Sabine promete a André darle amor, nutrirlo de amor. Esto después de la confesión de amor de André a Sabine, totalmente poderosa, cuando humildemente André le declara que su corazón apenas alcanza un poco de bríos en la fuerza de los latidos de su corazón a comparación de la fiereza con la que late el corazón de su amada Sabine. André le dice que no tiene nada que ofrecerle, le ama, y humildemente deja sus palabras a la postre de los pies de su amada.

Este amor, se verá traducido en los hermosos y bellos, enigmáticos y legendarios jardines de Versalles, en Francia.

Un pequeño caos, es la maravilla del amor y el corazón.
Una historia llena de esperanza. Tremendamente dirigida por el gran actor Alan Rickman (qepd). Muy académica, con mucho corazón, mucho latido en el ritmo que plasma Rickman en esta historia, abordando la belleza, el amor, la esperanza. Magistralmente hecha en diseño de vestuario, producción. Es impecable y cuenta con actuaciones portentosas de actores legendarios por Rickman, Schoenaerts y Winslet y McCrory. Tremenda elegancia imprime Rickman en plasmar estas relaciones amorosas de la época, con objetivo de mostrar el amor verdadero, real, sincero, honesto, respetuoso, de un hombre con una mujer.

Belleza recíproca.
Indiscutible gran historia.

Imperdible.

Erick Xavier Huerta

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