GUS, TERRY, ERICK Y ROBIN.

Comparto la alegría que me ha causado conocer a dos grandes directores de cine, que han marcado mi vida, y que han sido parte incluso de despertar en mí la gran afición por la apreciación cinematográfica, y que además han dirigido a uno de mis actores favoritos, Robin Williams. Porque de pronto, apenas ayer, era ya gran fan de dos películas, "el pescador de ilusiones" y "Good Will Hunting"; ambas películas están protagonizadas por el actor Robin Williams. Ambas películas marcaron mi vida, mi adolescencia, mi juventud. Ambas películas poseen un gran corazón y fueron parte esencial de la carrera y de la filmografía de Robin Williams. Basta decir que por su actuación en Good Will Hunting, Robin ganó el premio óscar.

Y de pronto estaba yo, por destino, asistiendo al international film festival de Guanajuato, tras cinco años de no haber asistido. Y me encontré con un gran homenaje, el primer día en que llegué al director Gus Van Sant, quien también ha sido gran referente para mi apreciación del cine. De Gus Van Sant, marcó mi vida "to die for", protagonizada por un joven Joaquin Phoenix, Nicole Kidman y Matt Dillon. La maldad del personaje que interpreta Nicole Kidman es abrumador, y la inocencia del personaje y víctima en la historia que interpreta Matt Dillon, cimbraron mi experiencia ante esta película. 

Robin Williams por su parte también ha hecho películas que han marcado mi vida, como "más allá de los sueños", "hombre del año", "el hombre bicentenario", "Patch Adams", "Flubber", "Jumanji", "Un papá genial", "Popeye", "la sociedad de los poetas muertos", "Peter Pan: Hook" y más.

Robin Williams ha divertido y alegrado muchos momentos de mi vida por su trabajo, y por su trabajo se han alimentado sueños, esperanzas, ilusiones y fe. Ese es el gran regalo que hace la cinematografía. Ambos directores y amigos de Robin, le recuerdan como un tipo sumamente brillante, inteligente y tremendamente divertido. Ambos directores coinciden en que Robin Williams podía literalmente matarte de la risa y que le gustaba estar consciente de que él provocaba las risas en ti. Ambos directores lo describieron como un tipo que siempre estaba haciendo reír, y que nunca paraba de hacer reír, y que siempre estaba alegre, y en algunos momentos cuando no estaba haciendo reír, estaba serio, callado. Y que muchas veces, sólo estaba serio y callado en su casa. Mientras Robin Williams estaba trabajando, estaba haciendo reír y contagiando de alegría a todos sus compañeros y a toda la gente del lugar.

Terry Gilliam le recuerda como uno de los tipos más dulces que ha conocido en su vida, y como una de las mejores personas del mundo que ha conocido y que sin duda, sería una de las mejores personas del mundo sin atreverse a conocer a todas. Esa era la imagen que había logrado proyectar Robin Williams en las personas que le conocieron de cerca. Terry es sumamente humano, un observador nato, y un hombre con gran corazón, que al escuchar sus referencias sobre Robin Williams, no podías evitar volver a sentir la emotividad que el propio Robin Williams consiguió proyectar en cada uno de sus trabajos cinematográficos como actor. 

Un gran actor. De niño, una de las películas que más vi, fue Popeye, uno de los trabajos que catapultaron a Robin en su carrera cinematográfica en Hollywood.

Sí me llama la atención que haya llegado a conocer de cerca, y a poder estrechar con saludo la mano de directores que han albergado parte de mi colección cinematográfica. Han acompañado mi vida, viendo sus películas, referentes fílmicos. Son estas experiencias y movimientos en la vida y grandes coincidencias que van marcando un destino. Era como de pronto conocer a Sylvester Stallone. Un destino que me hace recordar esos momentos cuando veía a Sean Penn recibir su óscar por su trabajo bajo la dirección de Gus Van Sant en "Milk". 

De Gus Van Sant tengo en mi colección "paranoid park", "Paris te amo", "Last days", "elefante", "Finding Forrester", "Psycho", obviamente "Good Will Hunting", "To Die For". Y en un instante, pude escucharlo, escuchar sus ideas y conocer más de cerca a Gus Van Sant. Un tipo que me pareció muy sencillo, humilde, serio, un observador nato. Esa es una de las características fundamentales, de todo gran cineasta, y de todo gran artista, es que deben ser grandes observadores, saber contemplar la realidad.

De Terry Gilliam, albergo en mi colección "el mundo imaginario del doctor Parnassus"-homenaje además a la vida de Heath Ledger como su último gran trabajo cinematográfico como actor. "Los hermanos Grimm", "fear and loathing in las vegas", "doce monos", "pescador de ilusiones", "Brazil" y obviamente "Monty Python and the holy Grail". Terry, de nuevo, gran humildad y gran visionario, sumamente humano, humilde, sociable, amable.

Ambos directores además han trabajado con los grandes. Terry con Brad Pitt, Benicio del Toro, Johnny Depp, Heath Ledger, Christopher Plummer, Andrew Garfield, Matt Damon, Bruce Willis, Robert de Niro, Christoph Waltz. Y por su parte Gus Van Sant, con Sean Penn, Diego Luna, Keanu Reeves, Sean Connery, Ben Affleck, Casey Affleck, F. Murray Abraham, Nicole Kidman, Matt Dillon, Joaquin Phoenix, Vince Vaughn, Julianne Moore, Viggo Mortensen, Josh Brolin, Emile Hirsch. Y de pronto, todo eso estaba convergiendo en momentos, en estos encuentros, en esta coincidencia por quienes queremos y gustamos del séptimo arte, del cine.

Son los grandes encuentros que permiten festivales internacionales de cine, en este caso, ahora, donde se encumbra a la figura del Quijote, Guanajuato.

Increíble experiencia de pronto estar coincidiendo en el mismo espacio y lugar con quienes han sido referentes y acompañantes, de la vida desde el ámbito de la creación del séptimo arte, por el cine más cercano a nuestras vidas, que sin duda han aportado parte de la cosmovisión que tenemos hasta ahora.

Grandes sorpresas de la vida.
Tremenda suerte.

Gran alegría.

Erick Xavier Huerta