S U B M E R G E N CE
Dirigida por Wim Wenders
Escrita por Erin Dignam, basada en la novela de J.M. Ledgard
Protagonizada por James McAvoy y Alicia Vikander
Introducción de un cuerpo en un líquido, sumersión, inmersión, del hombre al agua, de regreso, a la condición natural de su ser, de lo que le da vida.
Adentro, está lo que somos. «Es el otro mundo y es el nuestro»
Un hombre, en la región del llamado «cuerno de África», al este de tal continente a penas puede ver la luz, pues está encerrado, busca aperturas, orificios por donde se inmiscuye la luz, y apenas con eso, puede sentir un poco el rocío de la luz, y así, comienza a recordar.
El ojo es la lámpara del alma del hombre. La luz que proyectamos viene del interior. De nuestros pensamientos, emociones, sensaciones, se manifiesta todo nuestro ser, a través de nuestras acciones. De adentro, proyectamos el mundo. Desde el corazón pintamos el universo. Del amor, hacemos nuestro destino.
El planeta, el mundo, sigue su curso. Y en la distancia, una mujer se ubica en Groenlandia, y la une, al otro hombre, el recuerdo de su contacto; pero ambos, a pesar del tiempo, de la distancia, están inmersos, en el mismo corazón. Y no obstante, respiran dentro del mismo planeta, están inmersos en la vida orgánica, y les alumbra un mismo sol.
James More, resguarda sus labores profesionales, por cuestiones diplomáticas, por cuestiones de seguridad nacional del gobierno británico. Es una región en guerra, lo que está sucediendo en medio oriente, y allí se vive una crisis verdaderamente alarmante en varios temas, políticos, sociales, económicos. No hay libertad, hay invasiones, hay conquistas, fuerzas, guerra por la cultura, guerra por el predominio, y en medio, la gente, en medio, la inocencia, y por fuerza del poder del hombre, la violencia impera. «Medicina es misericordia», «Yihad es deber», esfuerzo que todo musulmán debe realizar para que la ley divina reine en la tierra.
«Ellos son nosotros, pero de diferente forma», es el mantra de solución para More, que busca recuperar paz en el mundo. More es un hombre de fe. Admira la capacidad de creencia de los musulmanes.
A More lo encuentra el amor, a orillas del mar.
A orillas del mar, recuerda el amor que tiene por una mujer.
Una mujer adentro del océano, siente el amor, añora a un hombre, uno solo que le resuena en las profundidades de su corazón.
En medio de labores, en medio de responsabilidades, de la pasión unipersonal, solitaria, individual de los hombres y las mujeres, el amor se abre paso. Nunca pensarían que a orillas del mar, los reuniría el amor. «Tú no mueres cuando te enamoras», «¿Alguna vez te has enamorado» ¿Qué es el amor?
No es conquista entre uno y otro ser.
Es la conquista del amor, la fuerza invisible que reúne;
porque el amor es sincero,
porque el amor es verdad,
porque el amor es justo.
El amor, más allá del encuentro, se puede sentir sin tus manos, se puede ver, sin tus ojos, y puede hacerte vibrar el cuerpo, hacerte exaltar el corazón, porque está ahí, estás ahí, inmerso en su poder.
El filme de Wenders es un poema, oda al amor, que retrata a través de sus encuadres la maravilla de la humanidad, por cada rostro, sobre todo de sus personajes principales que nos albergan la poesía del encuentro amoroso que trasciende tiempo, distancia, mundo, planeta, universo. Mientras uno se sumerge en los adentros del océano, otro vive inmerso en la oscura violencia del mundo humano. Aquí y allá, hay oscuridad, y es parte de nosotros. Aquello que no alcanzamos, también es nuestro mundo. No podemos vivir en el sol, pero sabemos que está, y en la distancia, nos reconciliamos, y a pesar de nuestro planeta, no podemos vivir en su centro, y a penas podemos adentrarnos un poco cuando nadamos en el mar, y a penas un poco nos elevamos en el cielo, y a penas un poco y tocamos la luna; y la distancia y los adentros en el misterio del planeta y su universo nos envuelven, y pasa lo mismo con el amor, el amor que está dentro de nosotros. El reino de los cielos, no está fuera del ser. Los personajes de Wenders se redimen a tal grado que aceptan que han caído dentro, uno del otro, y sin tocarse, y sin mirarse, y sin albergar un poco estar juntos en presencia física, ellos se aman.
Ambos personajes buscan soluciones para el mundo, por su violencia, entre los humanos y entre los humanos y su mundo. Ambos personajes viven inmersos en su individualidad, y al final se extrañan, se anhelan, porque saben que son amor.
Wenders retrata medio oriente, las regiones salvajes del sufrimiento humano por carencias de educación, servicios, vida digna. Es un problema el consumo de agua. También el amor. Ambos personajes dedican el curso de sus vidas a través del agua. La mujer por sus responsabilidades en oceanografía y el hombre por sus responsabilidades, en inteligencia gubernamental y como alias de profesión de proyectos hidráulicos. «Somos agua al agua, no polvo al polvo», eso es seguro. Y recuerda, a través del principio de toda vida, el líquido que siempre nos resguarda, desde que nos creamos en el vientre, y por cada paso, nutriendo nuestro cuerpo, y en nuestra propia muerte, somos agua, y nos llama el líquido vital, que hace posible que seamos lo que hoy somos, en el juego del misticismo del universo, del planeta y su galaxia.
Delante de nosotros, plasma Wenders en cada cuadro, el destino que nos augura cada paso. Desde More y su encuentro casual con una pintura "monje a orilla del mar" de Friedrich (1809) y después el cuadro de Adolph Von Menzel "el pie del artista", como fatídica premonición de lo que depararía el destino. La pequeñez del hombre, ante un cielo cerrado, ante el infinito mar, donde la vista ya no alcanza a deparar el destino. El pie, de los pasos, de la muestra de la condición humana en la que se encontraría, en ese dolor, del contacto del hombre con la tierra, del sufrimiento, de la desesperanza.
James McAvoy brinda una actuación sobresaliente. Vikander es poderosa en su interpretación. Los encuadres y la dirección de Wenders son poéticos, y tiene ritmo, y tiene sustancia, y tiene trascendencia en su contemplación.
Recuerden que el cine es contemplación, un arte, de la belleza, de lo que somos, en una narrativa acompañada también de palabras, pero no poniendo el peso total en el lenguaje verbal, sino en la contemplación, la observación del mundo, y la belleza.
«Submergence», de Wim Wenders, es una película acerca del poder de la fe, de la esperanza, y del amor, resultando como siempre, entre los tres, la firme ponderación de la mayor importancia, que es el amor.
¿Puedes creer?
¿Puedes tener fe?
Somos amor.
Erick Xavier Huerta S.
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