MALÉFICA

«Me tengo que tragar las ganas de amar.»

Disney, el gran corporativo de mercadotecnia y ventas de sueños, trae de regreso la historia de la cenicienta, ahora con un guión e historia desde mi punto de vista, mediocre.

Creo que se quisieron pasar de inteligentes queriendo romper los mitos acerca de una película que fue la base del imperio de Walt Disney. La película original, donde los dibujos animados eran una completa artesanía y maravilla del mundo, acabó por ser destruida con esta nueva premisa que plantea el amor maternal y ya no el amor entre dos sexos: masculino y femenino. Son dos discursos diferentes. 

Lo que quería contar Disney con «la bella durmiente» es que el amor puro entre hombre y mujer existe, a través de los tiempos, aunque no haya tenido el suficiente tiempo de desmenuzarlo bien y por atacar a un público infantil, además de otros elementos; pero bueno, el asunto es que aquí, la nueva organización encabezada por John Lassetter, se empecina en querer ser los rompe-paradigmas de Disney. Han enfocado todo su trabajo en plantear la contraria a las bases de Disney. Y está bien, pero ya nos aburrimos y ya nos hartamos.

Me parece un enorme desacierto que hayan contado la vida y obra de «Maléfica». Digo, es que me surgen demasiados cuestionamientos, tales como:

 a) ¿Por qué diablos una pequeña hada es bautizada con el nombre de «Maléfica», cuando esta denominación encierra el significado de la entidad que promueve actos del mal? Sería mejor, haber contado la historia de cómo una niña tiene otro nombre acorde a su condición de amante de la naturaleza y abandona su bondad y se re-inventa adoptando un nuevo llamamiento, matando el nombre de pila, para no siempre haber sido llamada como aquello a lo que estaría predestinada a ser. Además, «Maléfica» es el mal del mundo, del universo, aquello que amenaza el bien, y ahora destruyen por completo el legado de Disney y nos tenemos que aguantar, nosotros, los que crecimos con ello—esta nueva historia para las siguientes generaciones.

Me parece que tienen unos huecos tremendos en la historia, demasiados cabos sueltos hasta que el guionista se vuelve loco y ya no sabe cómo terminar la historia. El Padre biológico es asesinado y Maléfica acaba por ser la heroína. Digo, la pequeña inocente ni siquiera sufre la pérdida de su Padre y está muy contenta con que haya muerto de forma desgarradora, cuando se trata de una verdadera tragedia: Tu padre se corrompe, se vuelve loco y atenta contra un amor de la juventud porque siente que su familia está amenazada, ¿qué pasa con esa parte de la historia? Es más crítico y es un acto mayor de amor—. El Padre manda resguardar durante 16 años a su hija, a su pesar, para mantener su vida, y al final es un maldito que nadie quiere porque atenta contra la mujer que amenazó a su pueblo y a su familia.

Hay efectos especiales que me parecen demasiado mediocres para la época en la que estamos y por tratarse de Disney. Se ven demasiado apresurados y se ven los pantallazos verdes.
—Angelina Jolie se esfuerza pero no logra por convencerme. Creo que sobreactúa, hay algunos chispazos buenos pero, francamente, toda la película es un churro. Además perdemos demasiado tiempo viendo las tonterías de las hadas madrinas, que aquí no sirven para nada: no cuidan bien a la bebé, no saben cocinar, no saben hacer el aseo, no saben hacer nada, y las tipas, al final, son las culpables de que se cumpla la maldición de Maléfica, misma que se arrepiente.

Hay malos chistes, mala historia, malos efectos especiales. Puedo rescatar la actuación de los jóvenes actores de: Elle Faning (Aurora), Sam Riley (el cuervo), Brenton Twhaites (el príncipe) y del Señor Sharlto Copley (el rey)-quien para mi gusto, se lleva la película.

Por lo demás, es un discurso que sirve como un buen golpe bajo a la monarquía europea.
Yo no la volvería a ver, y les recomendaría que la eviten. Pero no me van a hacer caso porque es Disney y están obligados a gastar en este producto que no cuenta, en ningún aspecto, con algo de trascendencia.

Evítenla.
(Sé que si tienen hijos será difícil.)

EXHS