The Mirror Has Two Faces
The Mirror Has Two Faces
Dirigida por Barbra Streisand.
Escrita por André Cayatte, Gerard Oury, Richard LaGravanese.
Una obra maestra.
En su etapa media, un profesor, hombre tímido se relaciona con una colega, pero en una relación que estriba solo en lo sentimental nada físico.
La película es protagonizada por Jeff Bridges y Barbra Streisand.
Bridges interpreta magistralmente a Gregory Larkin, un profesor de matemáticas en una prestigiada facultad. Larkin es un un hombre de portentosa elegancia, de manifiesta masculinidad que ha tenido relaciones bastante tóxicas. Las mujeres solo acuden a él por sexo, sin vincularse emocionalmente con él. Debido a estos fracasos sentimentales, Larkin entra en una profunda crisis, y cuestiona el modelo de relaciones interpersonales sujetas al imaginario colectivo que solo pretende moverse bajo los instintos sexuales sin apelar a la verdadera esencia de la humanidad en sus sentidos espirituales más estrictos.
Por su parte, Barbra Streisand interpreta con maestría a Rose Morgan, que ha pasado la vida enamorada de un tipo que acabaría casándose con su hermana. Morgan es una mujer apasionada de la literatura y el erotismo; sin embargo vive bajo la mirada juzgante de su madre, y se siente esperanzada pero muy alejada de vivir una utopía amorosa con un hombre a su nivel. La hermana de Morgan, pronto la pondrá en un aviso de periódico, buscando pareja. Larkin, de pronto es atraído por este anuncio en el periódico. Larkin busca entablar una relación emocional y profundamente sentimental con una mujer, por lo cual ve en Morgan la oportunidad de lograrlo. Pronto Larkin se comunica con Morgan.
Morgan queda asombrada por la masculinidad, virilidad y elegancia de Larkin. Morgan está muy emocionada y motivada porque el destino parece haber contestado a sus deseos emocionales. Larkin y Morgan se hacen amigos, consienten dar prioridad a su convivencia y a su vínculo emocional. Sin embargo, Larkin no busca el contacto físico, porque posee un trauma, piensa que le abandonarán después de vincularse físicamente, pues así le ha sucedido en su historia, y castiga esa oportunidad.
Larkin, sin temor, le propone matrimonio a Morgan, pero bajo la misma mística: solo convivir sin vincularse físicamente. Al tiempo, Rose se desespera y ve frustrados sus deseos emocionales por buscar el contacto físico, sexual con Gregory.
Rose Morgan también no abandona esta idea de ser muy sincera a su personalidad. Se arregla poco, es desaliñada, muy académica, poco atenta a explotar su sensualidad de forma superficial—y eso le gusta bastante a Gregory, pero Rose también siente culpa de ello; y comienza a sentir más culpa cuando observa y palpa el rechazo al contacto con su cuerpo de parte de Gregory. Por eso Rose, piensa que en realidad Gregory no está enamorado de ella, duda del amor y prefiere separarse.
Abruptamente, Rose abandona a Gregory.
Gregory sufre profundamente la separación, no quiere que su vínculo se rompa de esa manera.
Rose aprovecha esta separación para reinventarse. Ahora se procura más, se arregla más. Baja de peso, cuida más su alimentación, procura más su apariencia física, su modo de vestir.
Gregory no deja de insistir en regresar con Rose.
Gregory solo quiere que sepa Rose que él en verdad le ama, y que si de pronto no ha tenido relaciones sexuales con ella, no es porque le desagrade físicamente, sino al contrario, porque ella es tremendamente sensual y le hace sentir tanto que hasta le produce miedo a Gregory sentir tanto descontrol sobre sí.
Al final se reconciliarán, y se podrán vincular de nuevo, desde una perspectiva y atmósfera del renacimiento de su pareja.
La película se llama por eso "el espejo tiene dos rostros". El amor tiene dos rostros. El amor es la respuesta cuando cuestionamos nuestra conciencia sobre lo que en realidad estamos viendo en el otro, no es nada más sino una proyección de lo que llevamos dentro en nuestros modelos mentales, de cuánto escuchamos y vemos con el corazón o bien, si vemos con los ojos de un mundo irreal—el que ha buscado la superficialidad implantar sobre nuestras mentes a través de la moda, la cultura y la educación. Rose de pronto mira el rostro físico a la luz del juicio del imaginario colectivo. Este es un viaje de auto-conocimiento que se explaya cuando dos amantes se encuentran. El rostro que siempre vio Gregory fue el de su corazón, la emoción que cargaba ella y el vínculo que pudieron construir basado en su comunicación, en su escucha y en su comprensión y entendimiento. Ese es el verdadero rostro que buscamos reflejar, el del corazón. Y es que el corazón se proyecta en los demás, en los vínculos que construye con todo lo que le rodea, en todo lo que se vincula. Uno es proyección y reflejo del otro.
Es una gran historia de amor.
Legendaria.
Imperdible.
Erick Xavier Huerta
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