Meet Joe Black

¿Dónde está tu arrebato? Quiero verte flotar, cantar apasionadamente, bailar en éxtasis.



Podría abrirse el cielo


Meet Joe Black


Clásico bluckbuster. Una gran premisa, una gran historia, muy bien escrita, genialmente contada, con una gran dirección, con estupendas actuaciones. 

No hay nada más trascendental en la existencia de todo ser humano que el amor y la muerte. La vida y la muerte confluyen en el instante presente, uno es espejo del otro continuamente. 

Dirigida por Martin Brest, y escrita por Ron Osborn, Kevin Wade y Jeff Reno. 

La historia estriba en que la muerte de pronto quiere conocer acerca de la vida a través de su convivencia con William Parrish (Anthony Hopkins). 

Parrish es un apasionado de la vida. La muerte siente curiosidad por el pensamiento apasionado existencial de Parrish. Pero la muerte, sorpresivamente cae enamorado de la hija de William, Susan Parrish (Claire Forlani). Lo cierto es que Parrish ya había conocido a la muerte antes de ser muerte, cuando era un ser humano con ideales, Joe Black (Brad Pitt). La muerte toma el cuerpo de Black, para acercarse a la vida de Parrish, y hasta parece a propósito para gustarle de forma segura a Susan. 

En fin, el tema es que la muerte se enamora, pero esta es una gran premisa para comprender cómo la muerte le da sentido a la vida, y al amor. Cómo la muerte nos enseña que quien nos e reconcilia con la muerte no puede reconciliarse con la vida. Para eso parece haber encarnado la muerte, para comenzar este proceso de redención y reconciliación con la vida. No podría tener ningún sentido la vida si no fuera por la muerte. 

La muerte se apega a su amor. Quiere retenerlo e incluso amenaza con irrumpir las consecuencias y leyes naturales de la vida, interviniendo en otro destino por puro egoísmo, por el aferramiento a retener el amor, y llevarlo más allá de la vida. Amar es desapego, amar es muerte, amar es libertad. Solamente experimentando el momento presente la muerte puede saborear el amor. La muerte es agradecida, le da sentido y proporción a todo momento presente. Es así como la muerte puede saborear la experiencia de la vida, que todo lo que vivimos y experimentamos siempre es por una y última vez. 

El amor de pronto elige a la muerte para ser experiencia. La muerte agradece la ofrenda que le ha sido postrada ante su ser, y sutilmente y humildemente acepta la experiencia. Ese agradecimiento de pronto le lleva a perder los estribos y caer en el egoísmo, pero la muerte es sabia, y la muerte dejará pasarlo todo. Incluso será más agradecida, dando a la mujer que ama, la prolongada experiencia de la fe, la esperanza y el amor.


Una película verdaderamente sublime que siempre vale la pena volver a ver por este nivel de creatividad y sagacidad para explicar algo tan portentoso como es el amor, el desapego. 


Erick Xavier Huerta S. 

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