BAB'AZIZ «El Príncipe que contempló su alma»

Para encontrar el amor, uno debe tener fe.

Son los tres regalos que nos hicieron a la humanidad, el amor, la fe y la esperanza, y de los tres, el regalo más importante, es el amor.


Ishtar, mira cómo las almas que se aman se buscan y se esperan. Y el amor triunfa, y la muerte es el portal a nuestro nuevo nacimiento. Ishtar, ama y canta, ama y baila, ama y haz lo que quieras.

BAB'AZIZ

Dirigida por Nacer Khemir.
Escrita por Tonino Guerra y Nacer Khemir.

Bab'Aziz es un anciano sabio sufí, que camina junto a su nieta—Ishtar, en el desierto, buscando a sus amigos derviches.
Bab'Aziz sabe del poder de la oración, y es a través de su meditación que osa hacer, por medio de la quietud y la atención, hacer el mayor bienestar a los que ama.
El grupo de derviches se reúne cada treinta años. Bab'Aziz cumple su destino. Al tiempo, usa este trayecto para contarle historias a su nieta, de un joven príncipe que contempló su reflejo en el agua durante largo tiempo hasta llegarse a convertir en derviche. Bab'Aziz comparte su sabiduría con su nieta. Poco a poco, Ishtar irá abriendo su cosmovisión y engrandecerá su alma con las lecciones que escucha de su abuelo y de otros personajes que irán encontrando en su camino, en su trayecto en el desierto.
Bab'Aziz ya no ve, ha perdido la vista, pero su corazón tiene más alcance en ver el mundo de lo invisible. Ishtar, su nieta, aprenderá a ver con los ojos del corazón. Un camino donde aparecen personajes como un hombre que llegó al fondo de un pozo y encontró tremendas riquezas y experiencias a las cuales se apegó y después las perdió y las buscaba desesperadamente y por eso sufría. También, un hombre enamorado que va en busca de su amada a través del desierto.

También un hombre que tiene miedo a la muerte.

Una historia llena de riqueza espiritual, con grandes versos basados en la obra poética de Rumi. Una historia que plasma el valor de la esperanza, la fe y el amor. Una historia muy emotiva, de gran poder espiritual, con una cinematografía impecable de tremenda trascendencia para el conocedor de cine que busca enriquecer su alma. Sí tocó mi alma. Una gran experiencia. Gran arte pone Nacer Khemir en su obra, una que llena de fuerza y amor a todo espectador. Nacer Khemir se da su tiempo, impone ritmo en su narrativa y una gran contemplación y una gran expresión de su respeto y reverencia por su amor al desierto. En este contexto vemos la riqueza de la sabiduría de los sufíes.

Es un deleite visual.

Las almas bailan llenas de éxtasis.
En esta historia cobra un sentido lleno de profundidad y realización el portal de la muerte, el nuevo nacimiento al cual se acerca Bab'Aziz, en la cúspide de su vida, pues ha tenido un gran trayecto existiendo en este plano. Y Bab'Aziz nos enseña que el amor entraña desapego. Y la poderosa sabiduría que redondea Nacer Khemir en esta narrativa, nos abre los ojos en poco tiempo, a la realidad de lo real, a la experiencia que venimos a trascender al mundo, el tremendo respeto al camino de cada uno, a la confianza ontológica, a la fe, a la esperanza, al amor.

Nacer Khemir mira con el corazón, así hay que ver esta película.


Hermosa y profunda experiencia espiritual.
Me acordé de mi destino.


Erick Xavier Huerta S.

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