Sinners
Sinners
La comunidad afroamericana ha venido buscando justicia, ante los abusos históricos, por esclavitud, impedimentos en desarrollo y obtención de oportunidades, la segregación, la marginación y los impedimentos al desarrollo de la comunidad están a la orden del día. Por ello, personajes como Denzel Washington, han sido claves en redimir a la comunidad y en convertirse en eslabones de empoderamiento, para toda la comunidad. Películas tales como «Malcolm x» y «el justiciero» hablan del eco de todas las voces que claman por justicia. Washington siempre pugna por hacer eco de esas voces, por la justicia y el respeto para la comunidad. Pero el mensaje es claro, solo la comunidad, unida, puede defenderse de posibles atracos en el presente y en el futuro próximo, porque el odio es latente, presente, y el racismo está a la orden del día. Solo la comunidad puede rescatar a la comunidad y puede hacer valer respetarse en este mundo completo que todavía tiene que aprender mucho sobre el amor.
Tratando de abandonar las vidas problemáticas que tenían, unos gemelos regresan a su lugar de origen para empezar otra vez y descubren un gran mal.
Un Manifiesto Silente sobre la Redención y la Condena
Estos son los tiempos del Ku Klux Klan, un grupo de odio terrorista supremacista blanco estadounidense de extrema derecha, conocido por promover actos violentos y propagandísticos como racismo, xenofobia y antisemitismo. Parece descripción de los tiempos actuales. Por eso la propuesta de Coogler y Jordan ahora cobra más relevancia que nunca. Además, por la herida que deben sanar todos aquellos que han sufrido los abusos de la raza blanca.
Ryan Coogler vuelve en una mancuerna espectacular con Michael B. Jordan. Jordan nos otorga una actuación espectacular, interpretando a dos hermanos que son gemelos. Esta es una historia llena de simbolismos con un discurso estremecedor del abuso de la raza blanca sobre la raza negra.
Coogler y Jordan se han convertido en líderes de la comunidad afroamericana, a través de sus discursos narrativos en cinematografía dan redención y empoderan a la comunidad. Coogler es un cineasta cuya obra trasciende la mera narrativa; es un artesano de los significantes, un semiólogo por instinto que utiliza la pantalla para desmantelar y reconstruir mitos contemporáneos. Esto hace en «sinners«, un retrato complejo entramado de signos que dialogan con nuestras concepciones más arraigadas sobre la culpa, la absolución y el destino humano, especialmente en contextos de marginalización y lucha por la justicia.
El título mismo, "Sinners", es un signo primario cargado de polisemia. En su superficie, evoca una moralidad judeocristiana, sugiriendo una transgresión contra la ley divina o social. Pero en manos de Coogler, que consistentemente explora las complejidades de la identidad afroamericana y la justicia sistémica, la "pecaminosidad" podría ser un significante desplazado. ¿Quiénes son los "pecadores"? ¿Aquellos que transgreden la ley o aquellos que son oprimidos por ella? ¿Es el pecado una elección individual o una consecuencia impuesta por estructuras de poder? El título, entonces, no es una condena, sino una pregunta abierta, un anzuelo semiológico para una audiencia predispuesta a la reflexión crítica.
Si "Sinners" se ambientara, como es habitual en Coogler, en las calles urbanas de Estados Unidos, cada elemento visual se convertiría en un signo icónico con múltiples capas. Los colores, por ejemplo, no serían aleatorios. Podríamos esperar una paleta que oscile entre los tonos sombríos del asfalto y los grafitis descoloridos —significantes de la desolación y el abandono— y destellos de colores vibrantes en la vestimenta o el arte callejero —significantes de la resiliencia, la resistencia y la cultura que florece a pesar de las adversidades—. El rojo, color del fuego y la sangre, podría denotar tanto la violencia como la pasión revolucionaria; el azul, la melancolía del gueto o la pureza inalcanzable de la justicia.
La arquitectura urbana —los edificios deteriorados, las canchas de baloncesto desgastadas, las rejas que cercan parques— operaría como símbolos de opresión y confinamiento, pero también, paradójicamente, como espacios de comunidad y supervivencia. Cada grieta en el cemento, cada grafiti en la pared, contaría una historia de resistencia y una marca de identidad, desafiando la narrativa dominante que busca invisibilizar a estas poblaciones.
Los cuerpos de los personajes, tema recurrente en Coogler, serían un lienzo de significados. La fortaleza física, a menudo asociada con la masculinidad negra, podría ser un signo de poder y vulnerabilidad simultáneamente. La forma en que los cuerpos interactúan con el espacio —corriendo, huyendo, bailando, o simplemente de pie en silencio— comunicaría dinámicas de poder, desesperación o esperanza. Un abrazo, una mano extendida, una mirada sostenida, serían signos de conexión y humanidad que contrastarían con la deshumanización sistémica.
A nivel sonoro, la música diegética (la que proviene de la fuente en la película, como una radio o un parlante) y la música extradiegética (la banda sonora) trabajarían en tándem para construir el universo semiológico. El hip-hop, con sus letras que narran la vida en las calles y sus ritmos que transmiten energía y frustración, sería un significante cultural potente, una voz de la comunidad. Los silencios, por otro lado, no serían vacíos, sino signos de la opresión que amordaza, del miedo o de la profunda introspección.
Finalmente, el mito que Coogler desafiaría o reafirmaría en "Sinners" sería el de la culpabilidad intrínseca de los marginados. La narrativa dominante a menudo patologiza a las comunidades oprimidas, presentándolas como generadoras de su propia miseria. Coogler, en cambio, utiliza su lente para deconstruir esta perspectiva, mostrando cómo la "pecaminosidad" es a menudo una respuesta a la injusticia estructural. "Sinners" no buscaría excusar, sino explicar y, quizás, proponer una redención colectiva no a través de la condena divina, sino a través de la comprensión, la empatía y la acción.
En una obra así, cada plano, cada gesto, cada palabra y cada ausencia de palabra, se convertiría en un elemento del lenguaje cinematográfico de Coogler, invitándonos a leer entre líneas y a confrontar los mitos que subyacen en nuestra propia comprensión de la sociedad y la justicia. "Sinners" no sería solo una película, sino una semiótica visual que nos obligaría a reevaluar quiénes son realmente los pecadores y qué significa la redención en un mundo desigual.
Bueno, hay muchas cosas por decir.
El argumento de los vampiros, centrado en la clase blanca, son aquellos que succionan la sangre de otros, la vida de otros para poder subsistir. En la comunidad afroamericana, para poder abusar de su vida, hay que comenzar por dividirlos, fragmentarlos.
Hailee Steinfeld interpreta a Mary, una joven blanca con orígenes afroamericanos, que estaba enamorada de uno de los gemelos. No quería supuestamente ser blanca ni casarse con un rico, quería ser amada por uno de los gemelos con los que sintió amor. Pero Mary, representa, la fácil captura del hombre blanco sobre el blanco que de pronto tiene solidaridad y unión con el afroamericano, esto por sucumbir a los intereses de privilegios que tiene el hombre blanco.
Coogler pone en perspectiva el origen del mal, de pronto, por un blanco, infecta a otros, consigue su comunidad y empiezan a infectar todo. Ante esto, otras comunidades buscan defenderse, como los indios nativos americanos que también han sufrido los abusos por culpa de la ambición desmedida que buscar tener por tener y acaparar todo para los supremacistas blancos.
La película también apunta sobre la superstición, la magia, la fe y al esperanza y el amor. Uno de los gemelos, Stack, perdiendo la fe en un mundo que le propició experiencias de injusticia e impunidad, solo vio oportunidad en el mundo del crimen para poder salir adelante, solo con poder y dinero ha pensado que puede hacer algo en el mundo, defenderse de tantos abusos. Pero los supremacistas blancos están al acecho, y no dudarán en mentir, engañar e incluso buscar parecer socios o dejarse aparentemente corromper facilmente. Los supremacistas blancos harán uso de la superstición, hechicería para usar fuerzas siniestras y acabar así con la comunidad negra que les estorba.
La película no vacila, la comunidad afroamericana, y los extranjeros, sufren y padecen estragos de impunidad e injusticia por los abusos y perversión de los supremacistas blancos, este es el simbolismo que retrata Coogler en esta historia que pareciera, en la superficialidad, de luchar solamente contra unos vampiros.
Una película imperdible.
Extraordinaria en todo ámbito. Me parece una película que merece todos los elogios. Es valiente y espectacular en todo rubro.
Me parece la mejor película de Ryan Coogler, y de las mejores actuaciones que ha dado Michael B. Jordan en su carrera.
La banda sonora me parece fascinante. Es una película redonda. Además Ludwig Goransson está invlucrado también como productor del filme, más allá de sus contribuciones a la banda sonora. Hay un equipo soberbio, la mancuerna Jordan, Coogler y Goransson es una bomba atómica.
Fenomenal.
Erick Xavier Huerta S.
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