I’m Still Here
I’m Still Here
Una mujer está casada con un político durante la dictadura militar en Brazil. La mujer es forzada a reinventar su vida y encontrar un nuevo cauce para el desarrollo de su familia después de un violento y arbitrario acto en su contra.
Dirigida majestuosamente por Walter Salles. Quiero recalcar la maestría y el poderoso fundamento de la dirección de Salles que nos inmiscuye en una experiencia cinematográfica sin igual, compartiendo con nosotros la emoción de haber pasado por la misma experiencia que una mujer frente a una dictadura en Brazil, evento que cambiaría su vida por siempre.
La película habla sobre nuestras pérdidas significativas. Un duelo central lleva a tener otros procesos de duelo, simultáneos. De pronto eso, la pérdida de un familiar lleva simultáneamente a perder amigos, lugares, objetos, cosas queridas, cosas amadas y eso incide en cómo nos hemos venido auto declarando.
Esta película está espléndidamente escrita por Murilo Hauser, Heitor Lorega y Marcelo Rubens Paiva. Protagoniza Fernanda Torres, Fernanda Montenegro y Selton Mello.
Esta historia cinematográfica, está basada en retratar un evento verídico. La pérdida significativa de Rubens Beyrodt Paiva, un ingeniero civil y político brasileño, que cuando ejercía como diputado en el congreso de la cámara de representantes de Brazil, se opuso a la implementación de una dictadura militar en 1964. Por estas actitudes públicas, se volvió sospechoso de ser gestor y atentar contra el nuevo régimen. Fue privado de su libertad de una forma siniestra, aprehendido por fuerzas militares y luego fue torturado y asesinado. Su cuerpo nunca fue encontrado.
Creo que eso implica la película, que Rubens sigue actuando dentro de los corazones de toda su familia, de todos aquellos que lo quieren, y que sigue aún dando mensajes, desde ahí, desde el corazón, lugar que une a todos. Porque esa muerte significativa, incidió en todo el país de Brasil durante todo este tiempo. Se transformó su relación con su familia y con toda la nación. Salles muestra además todo este proceso de duelo, y la angustia existencial de no saber si regresará Rubens, si está vivo o muerto o qué le ha pasado. Es una tortura psicológica de toda la familia no saber el paradero. Pero esta película nos recuerda y resuena significativamente en todo el mundo, y sobre todo en Latinoamérica, como en países como el nuestro, México, y hoy más con la significativa presencia de las madres buscadoras que sufren el desamparo y la angustia de no saber el paradero de sus hijas e hijos sin tener respuestas ni contención propicia de parte del Estado Mexicano.
Walter Salles nos enmarca en una aventura emocional sin precedentes, vamos descubriendo de forma increíble a todos los personajes centrales de la historia y vamos inmiscuyendo nuestro ser en este proceso de duelo central, al punto de la redención y el regocijo, el valor y la esperanza.
Además de todo, transitamos por las diversas experiencias del duelo y la pérdida, pero estamos inmersos en esta angustia central de Eunice Paiva, que lucha durante décadas por el reconocimiento del Estado en su responsabilidad de haber perpetuado la muerte de Rubens. Décadas después podemos ver, a penas la calma que llegaría a su viuda para poder descansar procesando la pérdida finalmente y que abriría un nuevo portal de pérdida, la salud.
Una película imperdible.
Erick Xavier Huerta
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