Confesiones.
Confesiones.
Si no hubiera visto cine, pensaría que esta era una propuesta original de Carlos Carrera. Pero no.
Juan Manuel Bernal dijo estar seguro que está era la mejor película de Carrera, pero no es cierto. Esta película no supera ni a «la mujer de Benjamín», ni al «crimen del padre Amaro».
Aquí dirige Carlos Carrera, pero parece que es por encargo, no un proyecto que de verdad le apasione. Se sale del ámbito rural que le gusta explorar a Carrera y que lo ha dejado así claro en su filmografía con películas como las que he mencionado que son tremendamente superiores.
Es escrita por Alberto Chimal.
Pues esta es una vil adaptación tropicalizada a la mexicana de «Shattered», película norteamericana que protagonizó Pierce Brosnan, Maria Bello y Gerard Butler. Y evidentemente ya el reparto es superior por la calidad actoral. ¿Qué tiene qué hacer contra eso Luis Gnecco y Emilio Treviño? Además de un cameo para nada de Ana Claudia Talancón.
La película se carga en los hombros de Claudia Ramírez y de Juan Manuel Bernal.
Pero no hay mucho qué contar. Es una historia centrada en crear controversia y polémica y morbo y sorpresa por el suspenso que buscan enfatizar pero no acaba de concluir la película. Creo que se cae el guión y con eso el peso que soportaba el personaje de Juan Manuel Bernal, personaje que acapara la motivación de averiguar las intenciones de este sujeto, que al parecer le mueven cosas superiores a la cuestión mundana.
Además, la adaptación de Shattered acaba de humillar a este intento, todavía peor porque hay poco presupuesto, y se centran en realizar toda la película en la sala de una casa, en esta versión imitadora a la propuesta que presentó antes Barker.
Vean las dos películas, primero Shatered, y luego esta película de Carrera para que vean la creatividad y recursos limitados aspirando a replicar una sensación y experiencia inacabada, que solo pudo conseguir eficientemente Mike Barker con Pierce Brosnan, Maria Bello y Gerard Butler.
Erick Xavier Huerta
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