The Hunger Games: The Ballad of songbirds and snakes.

La dirige el espléndido director Francis Lawrence, que ya conoce y ya ha dirigido la saga. Entonces, hay una gran consecuencia y congruencia en lo que nos vienen a decir con esta precuela, sobre la corrupción de Coriolanus Snow, a través de la formación que le dan sus mentores. 

El gran casting se centra en Rachel Zegler, esta gran canta-autora, que creció en Nueva Jersey, y que tiene raíces colombianas. Rachel ya había protagonizado esta historia de Spielberg en West Side Story. Pero creo que en esta nueva entrega de los juegos del hambre, brilla con tremenda intensidad y creo que esta película es su gran consolidación en la industria como una de las grandes promesas para la industria cinematográfica internacional en hollywood. 

La película es Rachel Zegler, mientras su co-protagonista Tom Blyth se esfuerza, pero creo que queda a deber mucho por el personaje que representa. Además es opacado tremendamente por Viola Davis, por la misma Zegler, y por Peter Dinklage. 

Creo que ahora, Lawrence queda tremendamente presionado en la última parte de la película y no sabe culminarla, porque pudo tener mejor final, con mucho más drama e intensidad, avizorando la tragedia que permanecería en un clima de hostilidad y violencia, defendiendo los intereses oprobiosos de la clase gobernante. Aún con todo eso, la película es buena, entretenida, y las canciones de Zegler son espléndidas. La película se centra mucho en la facilidad, de dar un medio paso del amor al odio. 

Del odio al amor hay un paso, y del amor al odio medio paso.

Buena propuesta para los fans de la saga. 

Erick Xavier Huerta Sánchez.