Apocalypse Now
Apocalypse Now (1979)
Escrita por John Milius y Francis Ford Coppola.
Dirigida por Francis Ford Coppola.
Un oficial que ha servido en Vietnam es asignado a una nueva misión: terminar con la vida de un renegado Coronel que ha desertado de las filas de la milicia norteamericana y ahora vive como un dios nativo en los adentros manglares de Camboya.
La película ha sido multipremiada internacionalmente, y con el paso de la historia ha sido más valorada por sus aportaciones y legado a la historia y a la cinematografía. Incluso, a penas a inicios del nuevo siglo fue valorada para preservación por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos y seleccionada para preservación por el registro nacional. Está en el lugar número 17 dentro del ranking de las cien mejores películas de la historia según el ranking de «The Hollywood Reporter», y que por tanto merece mucho la pena su revisión y disfrute.
Es indudablemente, de las mejores películas de guerra que he podido apreciar, y ese es el objetivo que contempla su director, hacer un ejercicio de contemplación, de observar y retratar el ambiente y atmósfera de un evento de la guerra que ha venido suceder y que implicó a los Estados Unidos de Norteamérica. La guerra, es horror.
La película comienza con el Capitán Benjamín L. Willard (Martin Sheen), que se encuentra en una habitación de un hotel enfrentando a sus demonios de guerra, tratando de ahogarles en alcohol. El capitán Benjamín L. Willard sufre un gran dolor en los adentros de su alma por sus participaciones en la guerra de Vietnam, y no sabría que se retiraría finalmente de la guerra después de la nueva encomienda que le darían: «terminar con la vida del Coronel Walter E. Kurtz (Marlon Brando).
El guión es una verdadera obra maestra. Nos implica mantener un suspenso que surge desde el principio anhelando el tiempo de conocer a este Coronel que ahora se observa como un semio dios que ha perdido toda cordura y sentido de la realidad, que ha desertado y que se ha convertido en una amenaza para el pueblo de Camboya y para el ejército norteamericano.
La película nos narra toda la travesía que hace el capitán Willard para poder cumplir su misión, pero nos induce un apetito de poder conocer al personaje implicado que se busca eliminar. Y la cinematografía es tremendamente épica.
Toda la travesía es de horror y se incrementa a medida en que el personaje de Willard se acerca a conocer a quien debe eliminar: Coronel Walter E. Kurtz( Brando). Y es que el Coronel posee un récord verdaderamente espectacular, es una gran figura de la milicia norteamericana, y queremos resolver varias dudas que finalmente se reducirán a concretar la síntesis de los efectos del horror de la violencia en el alma de los seres humanos.
El Coronel Walter E. Kurtz ha sufrido una verdadera crisis que le ha enfermado el alma. Sin poderse perdonar, culpa a los demás, y usa su autoridad para castigar, lastimar y seguir encumbrándose como una especie divina que vino a hacer los ajustes por la justicia que merecía la humanidad. Lee poesía y se regodea en su poder que le secundan los nativos de la jungla de Camboya.
"He visto horrores, horrores que usted ha visto. Pero no tiene derecho a llamarme asesino, tiene derecho a matarme; tiene derecho a hacerlo, pero no a juzgarme"—Kurtz.
El Coronel Walter E. Kurtz sabe que se enfrentará eventualmente a la muerte, y sabe que para ello ha llegado el Capitán Willard. Sin embargo, está alerta, y solamente aplaza el momento mientras goza con dar martirio psicológico a su potencial asesino, Willard.
La película cobra todo el peso en la aparición de Marlon Brando, lo que le constituye en esta película la gran figura dentro de la historia del cine norteamericano y saber el por qué se le considera una catedral de la actuación.
Es una película fundamental que examina la oscuridad del alma por efectos de producir y generar violencia. Inconscientemente la carrera de la lucha por frenar la violencia con violencia contamina las almas de quienes la ejercen al punto en que despiertan enfermos, producto de haber estado dentro de una cultura que poco cuestionaron y que simplemente aceptaron como camino de un desarrollo que iba en dirección involutiva. Dentro de cada hombre habita el amor y el miedo, una de esas dos emociones fundamenta camino y acción.
¿Cómo decides?
¿Qué eres?
Algo algún día te despertará.
Imperdible.
Erick Xavier Huerta S.
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