The two Popes

Espléndida película.

Ceguera, el jardinero fiel y ciudad de dios, son algunos trabajos realizados por Fernando Meirelles, director de este filme.
Meirelles es un gran director, y aquí no es la excepción. Conoce a profundidad el impacto cultural que tiene la iglesia católica en Latinoamérica y la repercusión que habita en que el PAPA actual sea latinoamericano, de Argentina.

Tremenda producción, tremendas actuaciones y un espléndido guión, basado en el drama que ocurrió cuando Benedicto XVI decidió renunciar al cargo, cosa que no había sucedido en 700 años.
Los dos tenían cosas que perdonarse. Uno tenía una relación estrecha con genocidas y mismos que secuestraban curas jesuitas; Bergoglio era jefe de los jesuitas en Argentina y los dejó a merced de los represores; y después le llegaron a acusar de ser el protector de los ejecutores de la dictadura. Por su parte, Benedicto XVI habría de tener conocimiento de los curas abusadores de menores que encabezaba Maciel, pero nunca pudo hacer nada. Injusticia y corrupción eran sombra en el Vaticano. La oscuridad también rondaba a la iglesia.

Pero es que no es poca cosa. La iglesia Católica, el Vaticano fundó su imperio y su estado en la fe de la biblia que promueven, cosa e instrumento infalible para conquistar espíritus, almas, culturas. Siempre de la mano de los poderosos, del imperialismo, la iglesia también ha sido uno de los máximos poderes imperialistas. Y lo sigue siendo. Joseph Ratzinger renunció a ese poder.

Ratzinger dijo adiós a la silla de San Pedro, al poder imperial de la iglesia, herencia de las máximas victorias de los imperios sobre territorios que convirtieron en sus colonias. Siempre del lado de los poderosos, del imperio británico, español, anglosajón. Siempre en el poder, y así conquistaron culturas, hombres y mujeres, de las Américas. Ratzinger mostró una gran calidad humana y un verdadero espíritu de humildad. En todo esto, quien estaba también a cuadro, era Jorge Bergoglio.

Ratzinger supo del imperativo que era dar un mensaje al mundo de humildad, más después del gran poder recaudado por Juan Pablo II, que a pesar de los escándalos de pederastia que encubrió el Vaticano, Pablo II logró buscar la unificación de la fe, y fue un gran personaje y promotor que dio vida y dinamismo a la Iglesia Católica.
Para cuando llegó Ratzinger al poder, los escándalos de pederastia encubiertos por la Iglesia tomaron mayor revuelo, y la ortodoxia que encarnaba y representaba Ratzinger resultaba amenazante ante el occidente que poseía tremendos cambios en todos los movimientos que ya eran un hecho, la homosexualidad, el uso de anti—conceptivos, el aborto, el relativismo, el nihilismo. Era un drama. Tanto, que Ratzinger fijó su mirada en un hombre de Occidente, además latinoamericano, que mejor que Jorge Bergoglio, quien además ya había sido cantado uno de los favoritos cuando competía contra el propio Joseph Ratzinger.

Meirelles logra presentarnos una dinámica de conversaciones tremendamente poderosas al tanto de usar flash-backs donde vemos el proceso y realización en la vida de Jorge Bergoglio. Una tremenda y poderosa actuación de Anthony Hopkins como Joseph Ratzinger y una portentosa y majestuosa actuación de Jonathan Pryce como Jorge Bergoglio. Duelo de actuaciones. Los dos merecen nominación en los premios oscar.

Es una película muy divertida, y poderosa.
Una gran fotografía y cinematografía en el trabajo de Meirelles que imprime, sin lugar a dudas, un homenaje portentoso a dos figuras emblemáticas e históricas de la Iglesia Católica en el nuevo milenio, en el siglo XXI, y que además, siguen construyendo historia.

Erick Xavier Huerta S.