THE LAST JEDI/ STAR WARS: EPISODIO VIII

El último Jedi.
Sí, excelente manufactura, grandes secuencias, momentos extraordinarios en el espacio, escenas de acción pero con graves errores de guión, sin historia, con más relleno que sustancia y con golpes bajos a la figura de Luke, con tintes muy poco favorables al legado de  Luke Skywalker.




No sólo las nuevas generaciones iban a ver esta película. Digo, trajeron a las figuras emblemáticas y se han empecinado en estar construyendo algo que parece ir a ninguna parte. Ese es el problema aquí. Una película con una duración extrema, que bien se pudo contar en una hora y media. Pero no, la alargaron por ambiciones desmedidas.  Y vienen bastantes incongruencias, porque ahora resulta que el personaje de Carrie Fisher, la princesa Leia, ahora tiene poderes de Jedi, sin haber aprendido nada de esa filosofía, sólo por el hecho de ser hermana de Luke, ahora sabe muchas cosas, hasta ahora.

Y Rey aprende más en un minuto sobre la filosofía Jedi que Kylo Ren y Luke juntos.

Y es que en esta historia ya no tiene peso Snoke, y ya no importa su vida. Tenía muchos poderes, pero es parte de la estrategia que se acaba de ocurrir, parece, a disney de escribir en beneficio de producir más películas de relleno, más en el universo star wars, eso tratándose de contar la precuela donde sabremos qué hizo Snoke con Adam Driver «Kylo Ren» para que defraudara a su maestro Luke.

Pero hay algo muy importante en esta película que es en lo principal en que me quiero enfocar a tratar, que es la figura de Luke Sakywalker.

Luke era el elegido. Discípulo de los más grandes maestros, Yoda y Obi Wan. Luke se enfrentó al imperio más despiadado, y tuvo que enfrentar a su padre. La fuerza en él era increíble, era divina, era una luz que jamás logró corromperse. Y han pasado los años, y en los años venideros nuevas fuerzas  oscuras se apoderaron de una historia que parecía estar bajo la atmósfera de amor de Shakespeare, drama y horror, pero no, aquí no pasó eso.

En cambio, el pecado que no perdono al director Rian Johnson es su pésimo gusto para tratar la historia. Pues teniendo a grandes actores a su servicio y a tan soberbia producción, el director no hizo mucho por aprovecharlo, en cambio pues, los errores caen en sus manos.

Aquí Luke, el gran elegido, la leyenda y el mítico hombre de la fuerza es «desmitificado» en beneficio de volverlo un poco más humano en esta visión, de darle más límites a sus poderes. Pero Luke estaba meditando en el antiguo lugar donde se originó el culto a los jedi; es decir, esto parecía una atmósfera verdaderamente especial, mística, hermosa, bella pero no sucedió así porque nuevamente, Rian Johnson salió con sus chistes de comedia barata británica. Pues comienza la película con una mofada de Luke despreciando la espada láser y despreciando la fuerza en la chica que le fue a buscar con fervor.

Y no es que Mark Hamill actúe mal. No. Ya lo dije, todos actúan verdaderamente espectacular, y más Hamill. Y eso es lo que más me molesta. Porque Hamill da una cátedra de actuación y se lleva la película por mucho y carga con la película y a pesar de estas malas directrices sobre su personaje, sobrelleva la historia. Pero merecía más, incluso a pesar de todo eso Hamill se despide con honores pero sigue siendo injusto para él, para los fans y para la historia. Porque aquí pintan a un Luke "adolescente", que no quiere enfrentar sus responsabilidades, que tiene flojera, que opta por el camino fácil, que ni siquiera medita, que ni siquiera lee los antiguos testamentos jedi, y no hace nada, más que quejarse y ser un adolescente barato en una edad donde supuestamente ya es un sabio por todas las vivencias y experiencias que ha tenido que pasar. Y lo vimos todos, en todas estas historias, en los capítulos que él mismo protagonizó. Pero ya lo dijo el mismo Hamill, que su problema con esta película es que no es su Luke Skywalker, pero que respeta por ser contada para otras generaciones.

A mí me parece injusto.

Ahora a lo único que tal vez nos pueda parecer interesante, es que en este equilibrio de fuerzas, Kylo Ren termine enamorado de Daisy Ridley, y se enamoren y eso traiga de vuelta al lado de la luz a Kylo Ren porque recuerden que Ridley tuvo una visión sobre Ren en la que se componía. Y en esta historia acaban con muchas cosas, entre otras, que tal vez pudiesen ser estos dos hermanos. No, ahora la fuerza la posee cualquiera y la religión es el opio del pueblo.

Es decir, que episodio ocho es la rebeldía de un director por destruir el acto de culto a una saga que marcó a generaciones.

Ahora tú tienes la palabra.

Erick Xavier Huerta

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