ME BEFORE YOU/YO ANTES DE TI


Dirigida por Thea Sharrock. Escrita en guión por su propio autor en novela, Jojo Moyes.

Hablamos de la ópera prima de Thea Sharrock. Una película de buena cartera para la producción. Buena foto, buen soundtrack, buenos encuadres. Un buen trabajo diría yo. Hay un trabajo muy sincero en la actuación de Emilia Clarke y de Sam Clafin. 
Ahora, todos esperábamos ver una película de amor, pero no acabó siendo tan simple como eso. Esta película habla sobre la complejidad humana, incluso ridiculizando al amor. Y estamos ante un producto cinematográfico muy doloroso, por ver la historia de un joven promesa de los negocios que pierde su motricidad, que queda parapléjico y ante ello, ve pérdida su vida. La impotencia de no poder moverse, de no poder vivir como algún día pudo hacerlo, motivan al personaje de Clafin a exigir terminar con su vida en el apogeo de su juventud. 

Y es ahí, cuando entra nuestro personaje, interpretado de forma muy honesta por parte de Clarke, quien lleva el mismo apellido en su personaje en la película. 

Lou Clark (Emilia Clarke) es una chica común y corriente, de un pueblo londinense donde no aspira a mucho más que a sobrevivir y poder ayudar a su familia que se encuentra en crisis económica.
Al quedarse sus padres sin empleo (crítica a la Unión Europea), éstos piden a sus hijas que les apoyen para sostener su casa y su vida. Por ello, Clark interrumpe sus estudios y aspira a seguir disfrutando de las cosas cotidianas de aquel pueblo, sin ninguna aspiración por salir afuera al mundo y probar cosas nuevas. Es decir, Clark es el statu quo. Pero ese statu quo de Clark, posee una inocencia y una sinceridad que provoca que te enamores de ella. Su mirada, su inocencia, su corazón noble provocan que Clark tenga un gran carisma, mismo que irá doblegando un poco la rigidez y rencor que posee el personaje de Clafin, Will Traynor. 

Es la película en la tradición de los parapléjicos multimillonarios que ya no quieren vivir, pero al final encuentran redención. 

Hay una serie de contradicciones, pero que también funcionan, o pueden hacer sonar eco en la película por la complejidad humana de la que estamos sintonizando. Porque hablar de perder la motricidad, la juventud, los sueños y las esperanzas, es una de las mayores tragedias que pueden sucederle a uno en la vida. 
Miras cómo el amor de tu vida se casa con tu mejor amigo, y tú ya no podrás sostener en brazos a ninguna mujer. Ya no podrás correr por la playa, por los bosques ni poder subir los cerros. Perder la capacidad de tocar, de caminar y correr, es una desgracia. Y eso es algo que tiene que padecer y vivir Will Traynor. Por eso sufres toda la película. Sufres observando cómo este personaje vive hastiado de la existencia y proclama la muerte. 

El debate de esta película se centra en el derecho a perder la vida cuando ya no te sientes en óptimas condiciones para poder buscar la felicidad. La eutanasia. Perder la vida de joven por culpa de perder los sueños, es, nuevamente, algo que debo decir: terrible.

Clark busca empleo, y consigue, a últimas instancias poder cuidar de un enfermo parapléjico. Ante esta circunstancia, Clark despierta, evidentemente, niveles grandes de sensibilidad, al punto de querer ser la redención y el rescate para este hombre que anhela y busca la muerte. 
Podríamos pensar, que por la mercadotecnia y la publicidad, esta sería una historia de amor. Pero no lo es. 


Traynor quiere la muerte, y el amor no lo detendrá en la tierra. La compasión es provocarle la muerte no la redención para que siga luchando por cada bocado de aire. 

En el desenlace ocurren algunos disparates que desequilibran esta historia.
Clark es novia de un deportista de alto rendimiento que trabaja como coach de vida, fitness y compite en alto rendimiento. Sin embargo, a Clark no le gusta el deporte. Clark no disfruta los triunfos de su novio, interpretado por Matthew Lewis.  Y aquí, creo que estriba el error en la construcción de la historia de Jojo Moyes. Digo, Patrick (Lewis) es un hombre tan equilibrado, que ha dedicado su vida al deporte. Patrick es entusiasta y un gran apasionado de la vida, sin embargo, Clark se confunde en sus sentimientos tras la aspiración de la muerte de Traynor a quien cuida todos los días. Y cuando muere Traynor, Clark es acreedora a herencia de su parte, y Traynor siempre en vida y después de eso, le empodera y le exige que se exija así misma, que no sea conformista. De manera que Clark le hace más caso a Traynor, porque era millonario, que a su novio Patrick, que jamás se da por vencido y se exige llegar a los más altos estándares del rendimiento del performance físico. 

Esa es, tal vez, la contradicción en la narrativa de Jojo Moyes. No acaba por comprender las motivaciones de sus personajes. A lo que podemos suponer que Clark, ciertamente, también anhelaba la muerte, producto de una depresión encubierta en sus labores cotidianas ante una cárcel, una prisión que estaba viviendo con sus padres en aquel pueblo donde prácticamente la juventud se desvanece pronto. Y si eso, se encontraba en el subtexto, y si eso podemos apreciar, entonces estamos ante un producto más ambicioso de lo que la superficie y sus propios creadores pudieron premeditar hacer. 

Traynor nunca se enamora de Clark. Simplemente le da nuevos respiros, más empuje para esperar la muerte.

Ante la vida y caso de Traynor, yo he sentido la urgencia de vivir.


Erick Xavier Huerta Sánchez.

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