Oppenheimer
Oppenheimer
Esta es la mejor película de Christopher Nolan.
Escrita, producida y dirigida por Christopher Nolan.
Esta es la historia de Oppenheimer, el padre de la bomba atómica.
Un personaje fascinante, y así lo retrata Nolan en su película y así lo actúa Cillian Murphy. Creo que Murphy merece el Oscar definitivamente por este trabajo soberbio. De igual forma Nolan merece todo reconocimiento, es la obra cumbre de su filmografía hasta el momento.
Y es que la película aborda tremendos niveles de lectura, de la humanidad, de la ciencia, del amor, de la envidia, de la culpa y del rencor. Creo, firmemente, que esta película se trata de la culpa y del rencor.
Un momento de rencor puede perdurar para siempre. Es en el momento presente donde configuramos todo nuestro horizonte de posibilidades infinitas. Lewis Strauss, en un instante sintió una humillación pública por parte de Oppenheimer, y eso desencadenaría toda una trama de conspiración y guerra política para destruir la reputación de Oppenheimer, todo por un momento de rencor.
Una broma, que puede parecer inocente, puede ser percibida por otra persona como una tremenda agresión. No hay acciones pequeñas, ni ínfimas, no hay acciones mínimas. Todo significa, no hay nada insignificante.
Nolan además retrata un momento de nuestra historia que hoy más que nunca resuena. La persecución a personas comunistas, que por esas ideas ya resultaban una amenaza tremenda contra el gobierno norteamericano, por sospechar que cualquiera de esos podría ser un infiltrado o espía del gobierno ruso.
En tiempos de guerra, las personas están viendo cómo destruir a su semejante. ¿Cómo detener la guerra?
Julius Robert Oppenheimer fue un patriota, un científico, un político, un amante, un físico teórico que trajo a Norteamérica la física cuántica.
De origen judío-alemán, siempre estuvo preocupado por su comunidad y por tratar de ayudar en todo para salvar. Gracias a la labor de Oppenheimer, se desarrollaron las primeras armas nucleares, un tema latente del día de hoy, que siguen en desarrollo y en pugna por intimidar y por querer acaparar el mando total de la política-económica y socio cultural del planeta.
Nolan explora todas las facetas de la mente de Oppenheimer, su rencor, su culpa, su anhelo. Culpa porque podía percibir sentimientos de violencia, tratando de agredir y dañar al otro, pero lo podía aceptar, y también se podía arrepentir y podía rectificar el camino. Pecado era para los griegos el fallo de la meta, no dar en el blanco.
Cuando detonaron la primer bomba atómica en su prueba “Trinity”, Oppenheimer dice haber recibido en su mente las palabras del Bhagavad Gita: ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos».
Oppenheimer dedicó su vida a un tremendo activismo político para abogar por el control internacional del poder nuclear, y frenar y evitar a toda costa la proliferación de armamento nuclear y frenar este desarrollo y carrera de armamentos entre Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética.
Culpa.
Oppenheimer tuvo la Epifanía de reparar el camino, de enmendar sus aportaciones. Aquí Nolan subraya muy bien la responsabilidad de los científicos, de prestar la mente a la proliferación de la paz y no de la violencia. Es un tremendo recorrido por una mente fascinante que madura, que crece, que comprende que la paz es el camino. Porque Oppenheimer tenía grandes ideas políticas y anhelos de lograr la proliferación de la paz en el mundo, por eso ayudaba, por eso quería detener la violencia.
Los seres más místicos son los científicos.
Hay actuaciones tremendas, de Kenneth Branagh, Matt Damon, Robert Downey Jr., un tremendo trabajo también de Florence Pugh y de Emily Blunt como Kitty Oppenheimer, la esposa que tenía tremendo olfato político, y quien empujaba con carácter y coraje a Oppenheimer a buscar la justicia.
Oppenheimer parece una persona de una tremenda conciencia, una gran mente que buscaba la paz interior y la paz en el mundo. Y creo que finalmente su coraje y su labor se enmarcaron en ese sentido cuando pudo, de primera mano, comprender la capacidad de generar violencia a través de la ciencia y la creación de armas.
De igual forma, Nolan advierte la tremenda inteligencia de los políticos norteamericanos y su muy bajo nivel de conciencia para conducir los destinos de un país y para abonar por la paz del mundo.
Esta es la mejor película de Christopher Nolan. Es impecable, un portento y un poema para la paz.
Esta es una película que hay que ver y que además utiliza el recurso de la cinematografía especialmente para lo que se debe usar: para crear y desarrollar la conciencia de la especie humana.
P.D. Ludwig Goransson merece el Oscar por este trabajo musical en la banda sonora de la película.
Erick Xavier Huerta
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