Judas and the Black Messiah (2021)


 


Judas and the Black Messiah (2021)



Política es la guerra sin masacre. Guerra, en cambio, es política con masacre.

Una historia de Shaka King, dirigida por Shaka King. 
Bill O'Neal se infiltra en el partido de las panteras negras por órdenes del agente del FBI Mitchell y J. Edgar Hoover.
El Jefe de partido Fred Hampton comienza a ganar popularidad y asciende en la esfera social y política de los Estados Unidos de Norteamérica.

Fred se convierte en una amenaza, indica el FBI, en una amenaza racial y radical por sus ideas políticas. 
Al parecer, Fred convence a la gente, convence al pueblo. Un tipo con tal nivel de convencimiento, no se le puede permitir crecer en la tierra de las libertades, según consideraciones de la supremacía blanca que controla al FBI en los Estados Unidos de Norteamérica. 

Donde hay pueblo, hay poder. 
Shaka King dirige con maestría esta película. Está elegantemente producida. Impecable. Shaka King escoge el título perfecto para esta historia: «Judas y el mesías Negro». Una historia en la tradición del Cristo—justamente de lo que vivió Jesús, una labor desde la tradición oral por difundir una doctrina por la justicia, la hermandad, la fraternidad y la solidaridad; mientras uno de los hermanos estaba trabajando y conspirando para derrocar al líder. Misma tradición, misma esencia, misma mística de lo que sucedió. 

Sabemos el desenlace de Judas.
¿En qué momento se arrepiente?
¿Qué le atormentará en su mente al punto de no perdonarse por lo que habrá de hacer?

Daniel Kaluuya presenta una de las interpretaciones más poderosas en su carrera, y sin duda, en la vida cinematográfica, y aporta a la cinematografía norteamericana una verdadera fuerza con su actuación, un legado para la vida histórica, política y social de los Estados Unidos de Norteamérica abordando una temática que sigue siendo controversial, polémica, importante: el racismo. 

Daniel Kaluuya interpreta a Fred Hampton.
Hampton es un orador, un poeta, un luchador social. Su arma principal: «la palabra». 
Fred Hampton fue un activista político de ideología socialista. Fue Presidente del Partido de las panteras Negras en Illinois y vicepresidente a nivel nacional. Lo asesinó el FBI, entre otras cosas porque era una amenaza racial y radical ante la supremacía blanca que gobernaba en los Estados Unidos de Norteamérica. Totalmente un caso terrorífico. 
Lo asesinaron mientras dormía.

La película está espléndidamente dirigida por Shaka King. Hay actuaciones impresionantes, como el estelar de Daniel Kaluuya como Fred Hampton y la de Kakeith Stanfield como Bill O'Neal. Jesse Plemons está más que perfecto en su papel como Roy Mitchell. 

Martin Sheen luce espectacular como J. Edgar Hoover. 

Fred Hampton murió tan solo a los 21 años. Pero vivió su historia de amor, cuando se casó con Deborah Johnson. 
Johnson y su hijo continuaron el legado de Hampton. Nada más basta ver este acto de amor pero también la gran fuerza que dejó su legado en una lucha por el cambio social, por la reivindicación de la raza, la inclusión, la solidaridad. 

Es una biografía realmente admirable. 
Hampton era un genio. 
Hampton era una gran fuerza.

Hay una gran banda sonora orquestada por Mark Isham y Craig Harris. La película es realmente poderosa, y nos cuenta el desenlace de todos los personajes, con un remate que es verdaderamente espectacular, tan sólo cuando ya nos queda simplemente imaginar con la redacción los sucesos consecuentes después de que buscan terminar con el líder de una idea. 

Judas y el mesías negro es una película que hay que ver. 
Indispensable.


Erick Xavier Huerta


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