PARÁSITOS

PARÁSITOS


De Bong Joon Ho, recuerdo ver hace tiempo y además se encuentra dentro de mi colección, la película del monstruo «The Host».

Indudablemente, Bong Joon Ho es un director muy soberbio, muy elegante, muy fino. Sí recuerdo que aquella película «The Host» era también de las favoritas de Tarantino, incluso con su recomendación, las distribuidoras nacionales, utilizaban ese pronunciamiento de Quentin Tarantino para poder vender la película en territorio nacional.

Aquí, Joon Ho escribe la historia, escribe el guión y dirige la película. Basta ver cómo recibió tantos aplausos y ovación en los oscares para darnos cuenta del nivel que tiene Bong Joon Ho. Sin duda, un gran observador, un ser muy sensible que sabe cómo conectar y retratar las emociones de sus personajes que él mismo ha construido en sus historias y narrativa escrita y cinematográfica.

Fue muy emotivo ver cómo en la grandeza, Joon Ho reconoció su gran inspiración provocada en su admiración por el trabajo de Tarantino y de Scorsese con quienes estuvo nominado.
La película es una obra maestra ciertamente. Hay escenas eróticas muy hermosas, escenas de violencia, escenas de amor, escenas de tensión, y comedia involuntaria y comedia a propósito. Bong Joon Ho es soberbio. Gran director.

Sí me parece una gran película. Muy entretenida, y además sirvió para que con su triunfo en los óscares, le dieran reconocimiento a su país por cumplir cien años de hacer cine. Corea del Sur. Corea del Sur es la Corea occidental, donde permea Estados Unidos de Norteamérica. Bong Joon Ho muestra esta gran influencia en su película, y la gran rivalidad y construcción cultural política en contra de la crea socialista del norte que comanda uno de los enemigos favoritos de Estados Unidos, Kim Jong Un.

Bong Joon Ho escribe en su historia este gran fanatismo por lo norteamericano y lo occidentalizado que habita en esa Corea del Sur, que si todo producto es norteamericano, entonces debe ser bueno. Además esto contextualizado en una historia que principalmente ocurre en una casa de una familia burgués, una casa que poseen que es totalmente inteligente. Un estilo minimalista, y chic, de lo más moderno que puede ocurrir para un norteamericano.
Basta el final donde esta historia protagonizada por coreanos, acaba un lugar fundamental, la casa—otro personaje más, habitado en el desenlace ahora por norteamericanos.

En esta historia, una familia pobre, los «Kims», viven sin destino, sin mucho qué hacer, haciendo lo poco que pueden, lo que pueden, para sobrevivir. Viven en crisis, pero disfrutan la vida cómo pueden colgándose de los servicios que puedan para subsistir en calidad de vida.

Bong Joon Ho, hace una crítica feroz, a este sistema donde las personas sin oportunidades quedan estigmatizadas, catalogadas y marginadas como «parásitos». Ante una oportunidad, estos parásitos encuentran una alternativa de salida, donde en solidaridad y por amor, un hijo busca desde su oportunidad, a que su familia acceda a la misma alternativa de solución de vida, a que su familia también dé servicios a la familia que el asiste. Sin embargo, esta misiva por hacerse a la fuerza de oportunidades para todos, acaba lastimando profundamente a otras personas. Y comienza una espiral de violencia ascendente.

A pesar de haber encontrado sus talentos, todos estos se vienen abajo cuando por violencia quieren abrirse paso en una sociedad, que por violencia, les ha imposibilitado poder vivir un poco mejor, con mayor calidad de vida.

En esta historia iremos observando cómo cada personaje queda vulnerable y esclavo ante las reacciones que tienen cuando tocan su rasgo de susceptibilidad dominante. Como en este gran personaje, el padre de familia de los Kims, cuyo rasgo susceptible dominante es su olor. Se siente totalmente herido cuando percibe que su olor es signo de marginación, de discriminación. Se siente mal, se siente profundamente herido, tal rasgo, un pequeño comentario puede destrozar la condición interna de un ser vivo, y esto desprendería una violencia grotesca.

Bong Joon Ho dirige con mucha elegancia esta película. Cada escenario, cada lugar, es un personaje más. Cada lugar es tremendamente significativo. Los personajes son tremendamente carismáticos, y son grandes y espléndidas actuaciones de parte de todo el reparto involucrado en el filme.

Y es una película que remarca y subraya el amor que existe en una familia unida, que ha estado en la adversidad, pero que nunca osan dañarse los unos a los otros, aunque al final sean presas de reacciones violentas por ser ignorantes en el conocimiento de sus propias emociones, de su propio ser, donde verdaderamente ocurre el infierno.

Gran, gran, gran película.

Erick Xavier Huerta

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