THE REVENANT
Nuestro tono de voz, nuestras ideas, nuestro pensar, nuestro actuar. Hace que parezcamos cualquier cosa, uno más, indiferente ante la creación. Indiferente ante los demás, como si no importamos, como si fuese tan fácil juzgar la vida de todos. Como si fuese tan sencillo decir que uno está encasillado en un papel, en un personaje plano, de una sola dimensión.
Revenant significa "fantasma", «una persona que regresa como espíritu después de la muerte, un alma desencarnada que se manifiesta entre los vivos de forma perceptible, en escenarios con vida».
Así filma Alejandro González Iñarritu su nueva entrega.
Alejandro González Iñarritu emprendió una carrera meteórica, tal vez gracias a la meditación, a su espiritualidad. Alejandro hace lo que más le gusta. Lo que siempre quiso hacer ahora lo hace, lo disfruta y trasciende en su labor. Algo hace para despertar liderazgo y creatividad.
Yo recuerdo haber tenido una gran pregunta cuando vi el documental de Werner Herzog, "Grizzly Man" (hombre oso), que cuenta parte de la vida de Timothy Treadwell cuando decide irse a vivir un tiempo entre los grandes osos de Alaska.
Timothy Treadwell fue brutalmente asesinado por un oso. Quedó grabado el audio en una de sus cámaras donde documentaba los bellos momentos que vivía en ese mundo salvaje.
Werner Herzog nunca quiso mostrar el audio en el documental por respeto a los parientes de Timothy. Herzog dijo que era lo más aterrador que había escuchado en su vida. Y yo me quedé con la gran interrogante de saber de los sonidos de aquel momento; de cómo sería ver el ataque de un oso, o saber el retrato de cómo murió Timothy. Había un morbo y un vacío después de haberme adentrado en el gran documental de Herzog.
Creo que las mismas interrogantes las tenía Iñarritu.
En el renacido, veo grandes influencias del cine de Werner Herzog. Veo su película "hombre oso", y también "Rescue Down" con la gran actuación de Christian Bale.
La película de Iñarritu es justo eso, una gran oda y homenaje al cine de Werner Herzog, con esta combinación entre los pasajes de Timothy y la brutalidad de "rescue down", la historia donde un piloto de los estados unidos es derrumbado y capturado por los vietnamitas y sobrepasa una serie de obstáculos que ponen a prueba su resistencia y su voluntad de vivir al mismo grado o mayor que lo que vemos en la película de Iñarritu.
De igual forma, Herzog nos muestra la brutalidad de la naturaleza en la película que protagoniza Bale, al punto que el personaje se enfrenta con una cobra y la muerde de forma salvaje por hambre. Acá no vemos eso, a pesar de que en la novela de Punke, Glass sí se enfrenta a una cascabel, por la misma situación.
Así filma Alejandro González Iñarritu su nueva entrega.
Alejandro González Iñarritu emprendió una carrera meteórica, tal vez gracias a la meditación, a su espiritualidad. Alejandro hace lo que más le gusta. Lo que siempre quiso hacer ahora lo hace, lo disfruta y trasciende en su labor. Algo hace para despertar liderazgo y creatividad.
Iñarritu adapta un guión basado en la obra de Michael Punke, "The revenant".
Michael Punke es embajador de los Estados Unidos en la organización Mundial de Comercio en Ginebra, Suiza. Fue parte del consejo de seguridad nacional de la Casa Blanca y de Capitol Hill.
Anteriormente fue corresponsal del Montana Quarterly y profesor adjunto en la Universidad de Montana. Escribió los libros: Fire and Brimstone: The North Butte Mining Disaster of 1917 y Last Stand: George Bird Girnnel, the battle to save Buffalo, and the birth of the new west.
Ahí cambia toda la percepción.
Es cierto, renace el personaje principal, Hugh Glass, en una expedición a principios del siglo XIX, cuando todavía el oro no era valor, ni el petróleo existía, tampoco la especulación financiera. En esos tiempos, donde lo que valía más en la sociedad eran las pieles de los animales feroces, de los osos y nadie se daba cuenta que estaba formando parte de una masacre que acabaría con varias especies. La soberbia del ser humano no tiene límites, pero al final la naturaleza tiene la última palabra.
Timothy Treadwell fue brutalmente asesinado por un oso. Quedó grabado el audio en una de sus cámaras donde documentaba los bellos momentos que vivía en ese mundo salvaje.
Werner Herzog nunca quiso mostrar el audio en el documental por respeto a los parientes de Timothy. Herzog dijo que era lo más aterrador que había escuchado en su vida. Y yo me quedé con la gran interrogante de saber de los sonidos de aquel momento; de cómo sería ver el ataque de un oso, o saber el retrato de cómo murió Timothy. Había un morbo y un vacío después de haberme adentrado en el gran documental de Herzog.
Creo que las mismas interrogantes las tenía Iñarritu.
En el renacido, veo grandes influencias del cine de Werner Herzog. Veo su película "hombre oso", y también "Rescue Down" con la gran actuación de Christian Bale.
La película de Iñarritu es justo eso, una gran oda y homenaje al cine de Werner Herzog, con esta combinación entre los pasajes de Timothy y la brutalidad de "rescue down", la historia donde un piloto de los estados unidos es derrumbado y capturado por los vietnamitas y sobrepasa una serie de obstáculos que ponen a prueba su resistencia y su voluntad de vivir al mismo grado o mayor que lo que vemos en la película de Iñarritu.
De igual forma, Herzog nos muestra la brutalidad de la naturaleza en la película que protagoniza Bale, al punto que el personaje se enfrenta con una cobra y la muerde de forma salvaje por hambre. Acá no vemos eso, a pesar de que en la novela de Punke, Glass sí se enfrenta a una cascabel, por la misma situación.
Iñarritu también ovaciona el cine de Spielberg.
Recuerdo en sus escenas de acción, y de enfrentamientos, las secuencias en "rescatando al soldado ryan", "caballo de guerra", entre otras que destacan en su filmografía.
Y por otro lado, el estilo preciosista con la misma técnica del gran Terrence Malick. Los mismos encuadres y referencias a la filmografía de Malick: "el árbol de la vida", "the thin red line", "the new world".
Sin embargo, creo que nadie había podido presentar un trabajo que combinara tan bien los estilos de Malick, Herzog y Spielberg en un solo producto. Por eso es un parteaguas, por eso es una cátedra al haber roto los paradigmas de estilo en cine, combinándolos, generando una técnica híbrida entre lo mejor que ha destacado el séptimo arte en el universo de hollywood y arrebatando para siempre un solo tono, una sola forma y repetidas fórmulas para contar una historia.
Iñarritu canta al cielo, canta con toda una orquesta, sin atenerse a una sola melodía, tocando pocos instrumentos.
Creo que hay una burbuja de idolatría por haber hecho cine en exterior, cuando así debería de ser. Incluso Iñarritu se sorprende al ver sorprendida a los espectadores ó periodistas cuando preguntan sobre su labor en el exterior. Dice Iñarritu que es lo mismo que admirarse por una manzana natural que no contiene transgénicos.
La película cuenta con secuencias admirables.
El tenor que imprime Iñarritu es fuerte, poderoso. Hay un gran trabajo de edición. Es impecable en todas sus áreas.
Cabe destacar el enorme trabajo realizado por el ingeniero de audio, obviamente el fotográfico, y todo muy bien orquestado por el director que ahora maneja una planta actoral bastante fuerte, de lo más relevante en hollywood, encabezado por el legendario Leonardo DiCaprio, que no ha podido ganar un oscar.
Y es cierto, la película está enteramente al servicio de Leonardo DiCaprio. Esta vez puede ganar, pero tengo mis dudas, por Eddie Redmaye que realmente se transforma en todos sus personajes. Y hay que tener presente que una cosa es sobresalir por el trabajo actoral, rescatando incluso una película y otra muy distinta, cuando el director es quien te enaltece todo el tiempo y trabaja para que luzcas lo mejor posible. Por eso hay muchas variables y matices qué analizar cuando se trata de reconocer un trabajo actoral.
A su vez, Tom Hardy presenta una actuación feroz como Fitzgerald, el gran enemigo de la historia, el cuento del mal, el emblema de lo salvaje y lo indiferente.
Cada parlamento, Hardy lo hace un grito desesperado como si fuera una bestia. Y cabe una escena donde Hardy muestra todo el mal en una sola mirada, indiferente ante la calamidad, ante el sufrimiento de los demás, como la misma naturaleza, como el mismo instinto que sólo quiere sobrevivir, que ataca por miedo cuando se siente amenazado.
Tom Hardy podría ganar el oscar.
Lo cierto es, que tanto Hardy, como DiCaprio, tienen una feroz competencia.
En cuanto a Iñarritu, creo que merece el óscar. Creo que sí es cantado que ganará la estatuilla.
Ahora, también cabe destacar el enorme trabajo de Domhnall Gleesson, que interpreta al capitán Andrew Henry. Me parece soberbio el trabajo de Glesson, que no por nada, está en los mejores proyectos de Hollywood.
Esta película me hizo emocionarme y sentir una enorme experiencia cinematográfica. Y uno es también feliz de ver cómo alguien como Iñarritu de pronto despierta como un grande de una industria a la que tal vez nunca imaginó que podría pertenecer.
Ahora, Iñarritu puede trabajar con personajes que siempre vimos en canal cinco, donde el trabajó como director de contenido. Ahora puede trabajar de la mano del gran Ryuichi Sakamoto, de Tom Hardy, de Glesson, de Lubezki (paisano). En fin.
Hay tremendos simbolismos, y un gran subtexto que leer y releer para sentir nuevas experiencias y mayores aprendizajes.
En esta película veremos primero cómo Glass resucita y después renace en las dos formas de crear vida, como ovíparo y mamífero, a través de un cascarón, a través de un vientre. y sabremos quién es el fantasma que nos cuenta esta historia. Su mujer, muerta, que le acompaña. Por eso es mayor la genialidad. La enorme visión de Iñarritu de contar esta historia a través del punto de vista de un fantasma, de la mujer que perdió Glass, la mujer que le dio a su hijo, al que juró proteger, al que después de un altercado, invitó a vivir con todas sus fuerzas.
Iñarritu siembra en sus imágenes la esencia de los sentimientos que nos ha dejado el legado cristiano, de Jesús, del enigmático vocabulario, del sentido poética de las sagradas escrituras, del misterio de nuestra semejanza con alguien que se dijo hijo del creador. Todos somos hijos de alguien, aunque no tengamos hijos. Todos tenemos un Padre. Las cicatrices de Glass son el sufrimiento que da vida, son el emblema, recorrido salvaje del alma encarnada, de la mirada sollozando, de las lágrimas que aún no caen por el frío, cristalizando, en la redención, antes de anochecer.
Todos somos hijos de alguien.
Por eso vale la pena seguir respirando.
Imprescindible.
Erick Xavier Huerta Sánchez
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