The master

Fui el domingo, día de los oscares, obviamente antes de la premiación, a ver "THE MASTER", obra monumental de Paul Thomas Anderson.

Paul Thomas Anderson es uno de los directores más poderosos de nuestra época. Es un artista conceptual que lleva a la pantalla diversos significados para descifrar la condición del hombre a partir de su creación y su desarrollo en el contexto que lo envuelve: materialismo y naturaleza.

Anderson escribió y dirigió esta impecable historia. Que no es para muchos, claro está, por la confrontación que hace este director con la audiencia; y basta mencionar que no todas las distribuidoras se animan por este tipo de proyectos ya que van hacia un público ávido de análisis de arte conceptual, psicoanalítico y sociológico. Gracias al Distrito Federal por tener las películas en tiempo y forma, y por contar con un público exigente, dependiendo la zona claro, clases sociales para toda la eternidad. Gracias Gael y Diego, por CANANA.

Es toda una experiencia ver una película de Thomas Anderson. Recuerden la película que le diera el segundo óscar, bien merecido, a Daniel Day Lewis, por "THERE WILL BE BLOOD", donde Anderson cuenta los inicios y transición que hace la humanidad hacia el mundo del capitalismo, pero lejos de ello, a relatar la historia de un hombre y su conflicto con Dios; primero la naturaleza que le da problemas para hacerse de sus recursos que le pueden otorgar poder, y después los líderes espirituales que obstaculizan el desarrollo de su empresa, por eso se mata su espiritualidad, hasta el punto de desconocer a su hijo y tomarlo como enemigo gracias al poder del dinero, y el capitalismo salvaje del progreso y desarrollo social.

"THE MASTER" es una película impecablemente dirigida. Es muy académica, tiene encuadres muy bonitos, apreciables, es preciosista, agradable, tiene un deleite visual por la fotografía impresa y el hermoso sonido que compone Jonny Greenwood. Es la historia de un hombre en la post guerra, traumado, bajo términos conceptuales en varias tomas que dosifican la ira de este hombre que no puede reencontrarse gracias a la vida brutal en la que estuvo inmerso extrañando al amor platónico de su vida, una chica de 16 años que encantó su alma.

El personaje de Phoenix vuelve, al mundo cotidiano, atrás de una cámara fotográfica para ganarse la vida con retratos populares en una plaza comercial; y ha hecho de su afición por el alcohol, algo más que un gusto, un arte. Pero él está desconcentrado, y la rabia nubla su mente hasta hacerlo perder los estribos y llevar una vida sencilla que consiste solamente en conseguir qué comer y qué tomar.

Al principio de la película se muestra su rabia, originada por una falta de afecto, que ya expliqué con el personaje de su amor platónico, tan bella que la miraba como alguien de eterna existencia en el corazón. Sería la única persona con quien compartir la nada.

Así que, Freddy Quell (Phoenix), se enrola en una huida de la civilización, buscando qué comer y dónde trabajar. Así llega a un barco, por destino, de un hombre, líder espiritual, como Jodorowsky, imagínense. El chamán social que cura bajo la terapia teatral y psicológica. Pregunta y respuesta y rituales para conocer nuestros antepasados, como las constelaciones familiares. Freddy Quell encuentra allí un lugar dónde refugiarse de su dolor, y le gusta el juego; y allí comienza una relación de amor platónico entre el maestro y el discípulo, de admiración y erotismo.

Freddy Quell, tiene moral, a pesar de todo. Y no rompe ninguna regla bajo el dominio de su maestro-Lancaster Todd. Respeta su familia y respeta su legado-"la causa", una especie de guía moderna para curar los males del alma y la mente, lo dije, como la psicomagia, la cienciología y las constelaciones familiares.

Quell sigue a su maestro, hasta que se da cuenta que debe destituirlo, porque debe continuar y hacerse cargo de su vida. Y su cura estaba dentro de él, sólo necesitaba un poco de amor.

Sigue el juego, ve un punto y viaja hasta él. Quell sabía que era charlatanería las grandezas de su maestro, el mismo que desesperaba cuando empezaban a cuestionarlo; el que presumía de hacer uso extensivo de la razón, pero terminaba gritando desesperado, sabiendo muy bien, que podría estar 100% equivocado.

Preguntas y respuestas, rápidas y se repiten hasta encontrar la verdad. Eso me gusta, decía Quell, para escaparse y afrontar su propia realidad, que no era como el hubiese querido. Alzado entre los hombres, hastiado de su convivencia volvió al mundo y se inmiscuyó en el mundo de un hombre comprometido con la hipnosis y regresiones, la curación bajo el acto.

Al final Quell decide irse.

Lancaster Todd lo busca y le da una oportunidad de, nuevamente, ser su discípulo, pero esta vez sin traiciones y siendo para siempre, porque nadie en el mundo, según él, ha triunfado sin ser en una de nuestras vidas pasadas, un aprendiz. Quell no importa, y se va, sentenciado por Todd a ser su enemigo en la próxima vida, y al que haría sufrir sin piedad. Quell se va, destituyendo a su líder, matando su hegemonía sobre él. Y es algo que tal vez debamos empezar a hacer, para ser libres y luchar por lo que realmente queremos. Amor.

Quell sólo necesitaba un poco de afecto, y eso se retrata en una de las últimas escenas donde Phoenix, con maestría, dibuja en su rostro la humildad de un amor que quiere recibir y dar, la misma esencia. Y eso es algo espectacular, que merece ver uno muchas veces.

La película es algo fascinante, que no es para todos, lo entiendo. Pero ayuda a entender más sobre los diversos componentes que transforman al hombre a través de las épocas y las circunstancias, de sus acciones y consecuencias y de su inevitable destino, al que los griegos aludieron con tanto fervor.

Véanla, es sublime la actuación de Philip Seymour Hoffman y de Joaquín Phoenix. Ambos tienen un óscar en la historia. Es una mancuerna inolvidable, y la dirección de Anderson, no cualquiera la puede hacer, mucho menos con ese tipo de concepción acerca del arte y de Dios.


exhs

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