Like Crazy

Después del 14 de febrero llegó a mis manos una película excepcional sobre las facetas del amor.

Drake Doremus la dirigió impecablemente.
Drake Doremus la escribió sutilmente, junto a Ben York Jones.

Y las actuaciones son excepcionales.

Esta película me recordó aquella que protagonizara Ryan Gosling junto a la diva Michelle Williams. Es la misma premisa, el mismo tema pero contado de forma distinta. Dos jóvenes que conocen el amor, que son arrastrados durante su historia por este sentimiento brutal que les ha envuelto y parece que nunca podrán separarse por algo que sienten en común, pero ¿ el amor nunca muere? ¿Todo principio tiene un final? ¿Qué pasa cuando muere el amor? ¿Qué sucede con el amor? ¿El amor se reinventa o nos engaña con rastros de sus pasos cuando se acerca o se asoma a nuestras vidas? ¿Qué hace el amor? ¿El amor se burla de nosotros? ¿Cómo podemos saber si es eso cuando uno es tan joven? Pudiera ser la incredulidad de la juventud que maravilla todo a su alrededor y las responsabilidades son limitadas.

Al parecer el amor muere, o debe ser rescatado. Al parecer todo tiene un final y el amor se harta de ser amor. Existen corazones muertos al final de una relación, y ya no hay nada qué hacer. Es una tristeza cuando los corazones muertos se dan cuenta de su condición, que han perdido la vida en intentar salvarse uno a uno.

Esta película tiene múltiples niveles de lectura, y qué decirlo por el tema que trata. Estos jóvenes se enfrentan a la dura realidad de poder sobrellevar el amor que les unió en un momento hermoso de su vida; pero al pasar los años, las responsabilidades y el mundo burocrático va mermando la posibilidad de que puedan hacer una vida juntos, hasta que se hartan y, al parecer, ha muerto su amor.

Hicieron lo que pudieron, y justo cuando tienen aquello por lo que tanto lucharon, ha muerto.
Es una película brutal, que te hace sufrir y te hace ahondar en la prisa cotidiana que nos arrebata todo lo que somos, incluso el amor que podemos profesar.

La película cuenta con un tremendo soundtrack, un guión excepcional, una fotografía sobresaliente, una producción cuidada y una dirección emotiva. Por su parte, el reparto con el que cuenta esta película es muy interesante; cuenta con grandes actores juveniles. Felicity Jones imprime en su papel una fuerza poco vista en cine. Anton Yelchin está espléndido, el tipo actúa de manera soberbia y se desenvuelve a la perfección con todos sus compañeros: Jones y la grandiosa Jennifer Lawrence.

Es una película que hay que ver.
Muchas veces.



Saludos.

exhs

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