Blue Valentine
Todos llevamos dentro amor, hay diferentes maneras de compartirlo y una de ellas que resulta maravillosa es hacerlo con el sexo opuesto, con la diferencia, con la oposición, aquello que nos falta y que nos complementa. Amar, inmiscuirse en el mundo que se conforma de dos piezas tan distintas, mismas en su universo, no pueden ir a otro lugar, están ahí para conformar un mundo y dar lugar a la procreación. El amor de pareja resulta un rompecabezas que, al unir las únicas piezas que pueden ser unidas, se llega a poder vislumbrar una imagen maravillosa; seguimos dando vida, es la manera de traer nuevos seres a nuevos mundos y la creación nunca para, nunca se detiene.
Es difícil arriesgar por el amor, es un obstáculo grande pensar tantas cosas y dudar si estamos con la persona correcta pero hay sacrificios. La tristeza se presenta cuando una pieza ya no quiere embonar, cuando quiere cambiar de figura y pertenecer a otro mundo. El amor no es otra cosa que compartir y esta historia trata acerca del sacrificio que hace un hombre por una mujer que alumbra el significado, que pretende ser la única, que llena el corazón y que no importa todo lo que pase porque lo mejor que puede suceder en un día es estar con ella.
Compartir es difícil, atenta mucho contra el orgullo y el ego. Compartir es antagónico a la humildad, compartir no puede suceder en diferentes intereses y ¿qué puede suceder en los sacrificios de un solo amor? No hay reciprocidad, quedará abandonado, solo, y los caminos quedan tan claros como el desierto.
Derek Cianfrance hace esta película, "blue valentine" donde las actuaciones de Ryan Gosling y Michelle Williams quedan en la contundencia, son impecables, son sutiles, son geniales.
Bien escrita, bien dirigida, bien producida, bien actuada y con una tremenda radiografía del amor de pareja contemporánea y del alma humana, "blue valentine" queda recomendada.
Erick Xavier Huerta S.
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