BOHEMIAN RHAPSODY


«Todo mundo critica»

Dirigida por Bryan Singer.
Escrita por Anthony McCarten y Peter Morgan.
Protagonizada por Rami Maleck, Lucy Boynton y Gwilym Lee.

Todo el cast está perfecto. Una buena y tremenda recreación de la biografía de conformación de la banda Queen encabezada por el legendario Freddy Mercury.
Hemos conocido la filmografía de Bryan Singer principalmente por encabezar el proyecto de X-Men que ha tenido éxito por parte de la productora 20th. Century Fox. También recordamos el fallido filme del regreso de Superman. Ahora Singer se separa de los super héroes de ficción y se adentra a recrear una biopic, de algo más terrenal, de algo que sí ocurrió, de algo que marcó la vida musical del mundo. La banda épica, Queen.
Queen dejó un legado, y se nos llega a veces a olvidar la trascendencia musical de lo que ello implicó. Al nivel mismo de Michael Jackson y de Elvis Presley, «Queen» encabezado por el flamante Freddy Mercury, dejaron al mundo una épica historia y legado musical, que siempre es digno de admirar, reconocer y de recordar en su profunda dimensión. Aquí lo logra Singer. Tiene una producción impecable en todos los rubros. Las actuaciones son formidables, sobre todo el reto que implicaba interpretar a Mercury, Maleck lo hace con humildad y soberbia. Hemos visto el trabajo de Maleck, bueno e impresionante pero cabía el reto, de interpretar a un genio musical que además fue emblema de la tradición de los cantantes de rock, abandonados al sexo y a las drogas. Freddy Mercury exprimió con intensidad la vida del rock, extrapolando la inmensidad de la compulsión en el estilo de vida que implicaba más y más drogas y más y más sexo hasta fulminar su vida.


Singer cuenta y trata de focalizar sus esfuerzos en contar la vida de Mercury que acaba por hacer sombra a la banda «queen», que suele suceder siempre con el vocalista de las bandas. Mercury era una figura emblemática y de enorme peso por su histrionismo y su performance legendario. Mercury era un personaje polémico, por su transgresión a las normas convencionalistas y a la tradición conservadora. Mercury era un hombre abandonado a los excesos, y por ello tuvo que pagar con su juventud y su madurez. Se fulminó. Porque Mercury es el tipo carismático.

De eso se trata esta película. El enorme poder del ente carismático, brilla intensamente pero se fulmina rápidamente, por no saber controlar sus ímpetus energéticos. La enorme energía de su espíritu, sin la educación adecuada, conlleva al erotismo involutivo y a la compulsión. Visto de misma forma en los casos de Jackson, que con cinco años más de edad a la que murió Mercury, murió el rey del pop. De igual forma Elvis.


Tanto es el drama del carismático, que flota y no toca piso, que no echa raíces, que por ese descontrol, Mercury pierde la oportunidad de consolidar el amor con el amor de su vida, Mary. Ese es el factor primordial de esta historia. El amor que se presenta a Mercury a inicios de su trayectoria musical, que acaba por corromper la estabilidad de la relación que tiene Mercury con Mary.
A pesar de encontrar el amor, el erotismo, sexo de involución sopesa y hace presa a Mercury hasta destruirlo por completo. Entiéndase que el bisexual es aquel que puede conllevar una relación amorosa, subraya, al mismo tiempo con el género femenino y el masculino; pero decimos amorosa, en el entendido de su acepción conceptual que infiere la conciencia del ser que frontalmente hace saber a sus parejas del caso. En esta situación no ocurre así, por los convencionalismos de la sociedad de la épica y el castigo moral al comportamiento del bisexual. Mercury descubre el amor en una relación heterosexual; sin embargo, su bisexualidad, por el otro lado, le lleva a abandonarse a la involución, al sexo indiferente, sin resonancia significativa, sin amor, a la pura sensación. Mercury se adentra al camino de las sensaciones y la compulsividad, buscando y buscando sin encontrar nada. Porque no puede estructurar su pensamiento, su emoción y su sensación, y ahí se queda por muchos años.


Perder el amor de Mary lleva a Mercury a cumplir con su cometido musical sin ya poder establecerse en una relación con resonancia significativa. Habrá de tocar fondo Mercury para que encuentre redención y se reconcilie con su propia biografía y pueda emprender una vez más el camino hacia el equilibrio.

Y es que a Mercury le toca esta época de auge del argot gay, que se rehuye al estereotipo del gay afeminado, y se inclinan más a construir una subcultura dentro de ese género que representan al hombre clásico que muestra vello en pecho y en rostro. Por eso el bigote. Por eso los lentes. Dentro de esa misma subcultura en esos años, en occidente sobre todo, el argot gay vinculaba a sus prácticas el patrullaje, esta actividad de deambulaje que hacían los gays primordialmente en esa época de buscar encuentros sexuales en la calle, y eso incluía antros y demás sitios urbanos tradicionales en los suburbios de Nueva York. También por eso era esa moda de los sombreros de piel a la moda del policía clásico, usado en fetiche por el argot gay. Incluso dentro de la película citan una canción de Mercury que habla de la rueda de la fortuna sobre contraer algo. Mercury indiciaba contraer la enfermedad mortal, que es otro caso que se ha documentado mucho dentro de ese submundo, que ha alcanzado a México en los mismos años dentro de la capital–la actividad suicida de orgías que hacen dentro de un cuarto oscuro en donde un infectado de VIH contrae sexo, pero como es en tumulto y es una orgía nadie sabe con quien está y a eso le denominan la rueda de la fortuna. Veáse al thriller «cruising» que aborda el asunto en la película de William Friedkin (director-el exorcista), protagonizada por Al Pacino.



Esa práctica psicótica y de tremenda involución, llevó a miles del argot gay a contraer SIDA. Fue el caso de Freddy Mercury. Recuérdese también philadelphia, protagonizada por Tom Hanks y Denzel Washington.

Al tocar fondo, Mercury comenzará un proceso de reconciliación consigo en camino a volver tomar el equilibrio en su vida.

Es una película muy bien dirigida, con muy buenas actuaciones, performances y un diseño de audio espectacular. Me parece que está a un paso de la nominación a mejor película, mejor diseño de audio, mejor actuación masculina y mejor director.

Legendaria, como su inspiración.

Erick Xavier Huerta

«buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras»


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