L I O N
Dirigida por Garth Davis escrita por Saroo Brierley, en un guión de Luke Davies adaptado del libro "muy lejos de casa" del mismo— Saroo Brierley. Y protagonizada por Dev Patel, Nicole Kidman y Rooney Mara.
Desde una pequeña provincia en la India, los sueños no conocen límites y la felicidad se muestra pura, en esencia, bruta, tal cual como es. No hay nada enayado, y sobrevivir es el pan de cada día. La hermandad, y la unión, y el amor, prosiguen su curso hasta el momento donde los destinos cambian, donde se yuxtaponen fuerzas y nada vuelve a ser igual.
Un pequeño desde una provincia, será arrojado a la pobreza extrema.
Garth Davis muestra con una maestra ejecución, la India de los ochentas, la dualidad extrema que se vive en esa realidad social, donde converge la industria, y a su vez, la pobreza extrema. La gran inventiva del hombre frente a la injusticia social, la brecha enorme entre pobres y unos cuantos ricos. Así, revela en una radiografía social lo que se ha estado padeciendo en oriente. Más, ahí, de donde srugió uno de los líderes espirituales más importantes de los últimos tiempos.
En la India, se vivía la injusticia, y Gandhi, por medio de la desobediencia civil, empoderó a su pueblo a buscar la libertad, frente a la enorme injusticia del pueblo británico que incurría en imponer medidas desiguales y racistas al pueblo de la india. Al ver tal falta de respeto, Gandhi independizó a su nación, de aquellos atropellos, de aquella división, de aquella enorme falta de respeto.
En los ochentas, la industrialización dio dinero, a unos cuantos, no derrochó riqueza entre el pueblo de la india. El esfuerzo de Gandhi por liberar a su pueblo alcanzó a permear un tiempo que se ha venido difuminando. Hoy, aproximadamente, cuenta Davis, 80, 000 niños se pierden cada año. Esta infancia sufre desaparecer y vive en la indiferencia de todo un pueblo, y de la propia humanidad y de la región. Los hermanos se explotan entre sí y no cuidan de sus infantes. Terribles realidades se padecen, y en medio del caos, hay algunas historias de ventura y gracia, como la que cuenta Saroo, de fortuna y dicha.
Saroo, siempre fue un ser de enorme sensibilidad. Tanto así que nunca pudo deshacerse del sentimiento por su pasado, de la sensibilidad de recordar y tener presente aquella empatía por su madre y su hermano que le habrían de ver perdido cuando tan solo él poseía cinco años de vida. Aquella enorme angustia que dejó en su familia, la caragría por los años venideros al punto de redimirse y tener que buscar la manera de regresar a casa otra vez, a confrontar lo que siempre valoró.
Esta historía que nos narra en cine Davis, está ejecutada con gran maestría. Hay una bella fotografía, una gran sensibilidad en la edición y un gran soundtrack. Es una obra maestra desde luego. Cuenta con actuaciones poderosas, una gran cátedra de actuación por parte de Nicole Kidman y soportada enteramente por el gran Dev Patel.
Ante esta película, uno no sólo se adentra en la empatía por sentir la experiencia que vive el personaje que vemos en pantalla, sino que despiertas a una realidad social que padece la humanidad, a la remembranza de aquello por lo que luchó Gandhi, aquello que sigue prevalenciendo en un mundo contemporáneo, en el gran mundo capital que promete progreso.
Las grandes construcciones y el mundo industrial, no han permitido que se resguarde la integridad de los seres humanos en su infancia. Hay mucho por hacer. Comenzar por ver esta película, es un gran inicio, es un gran punto de partida. Ese es el gran valor de esta película, una experiencia inolvidable y entrañable, por los años venideros en que habremos de construir mejores realidades, para nosotros, para todos los demás.
Erick Xavier Huerta Sánchez
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