La leyenda de Tarzán

Hace tiempo la vi. No había escrito de ella por contratiempos, por la pérdida del tiempo, por el costo de oportunidades, por las actividades importantes que imperan sobre otras, como escribir, en este caso, de películas.

Una película que comienza muy bien. Se encuentra al principio muy bien ambientada, y nos transporta a una inglaterra colonial, y nos presenta a John Clayton, un hombre aristócrata que vive bajo la sombra de su leyenda en la Inglaterra civilizada, a la vanguardia. Clayton está casado con Jane. Al parecer todo es un invento y una historia que suena muy bien en ficción. Tarzan se ha convertido en un símbolo de propaganda. En ese sentido, el director comienza muy bien abordando el misterio, la política y la promoción que genera una figura del tamaño de Tarzán. 

Sin embargo, a medida que transcurre la película, comienzan las tonterías y los churros. El director nos cuenta los orígenes de Tarzán a través de flashbacks muy mal logrados. Incurre a propósito con intenciones claras de hacer una película de antaño, en estilo vintage, old school, pero el director David Yates, fracasa. Necesitábamos otra visión. Yates usa efectos visuales mediocres e incurre en explotar una puesta en escena ridícula y cursi. 

Del comienzo existencialista y visualmente realista, nos transporta sin ningún tipo de precaución, a un escenario lleno de efectos visuales que colorean a Tarzán en una figura animada, con demasiado retoque computarizado. De pronto, Tarzán es una figura de video juego que cuelga de lianas que salen de un misterio. Es inverosímil.

Tarzán, al regresar a su mundo de origen, es cuando perdemos la película. 

Los flashbacks mostrando a Tarzán y Jane de joven, son muy mediocres en su realización técnica audiovisual. Ahí es donde el director pierde la brújula.

ACTUACIONES

Alexander Skarsgard es el encargado de protagonizar a Tarzán, John Clayton. Un personaje muy bien construido por Skarsgard. Skarsgard es hijo de Stellan Skarsgard, está igualito a su padre, hace los mismos gestos, de la misma escuela, actúa igual. 

Creo que de pronto, Skarsgard se olvida de su papel y comienza a posar solamente a la cámara como si fuera un modelo de calzones de Calvin Klein, pero, funciona.

Por su parte, Margot Robbie parece haber aceptado el papel, por dinero y para que forme parte de su filmografía. Margot Robbie está siendo legendaria por acaparar papeles icónicos, y este es fundamental para ponerlo en su curriculum vitae.

Christoph Waltz hace lo que mejor sabe hacer, ser un villano. Y aquí, a pesar de que lo ha hecho varias veces, creo que le da su matiz y su color. Hace un buen trabajo. Waltz cumple.

Y sin duda, quien se lleva el mejor papel, el mejor trabajo de actuación, es Samuel L. Jackson. Jackson es fundamental, otorga equilibrio y fuerza a la historia acompañando a Tarzán en una nueva aventura. Jackson es carismático e imprescindible en la historia. 

Hay un humor involuntario en esta película. Y cae en muchas tonterías, pero al final, comprendes que se trataba de una película de aventuras. Ese era el objetivo. Creo que está mal realizada en varias secuencias y que lo más terrible, son los efectos visuales. 

Es una película hecha al vapor. Es una tontería que nos presenten el crédito de leyenda de tarzán como marca registrada en título principal. Una mercadotecnia barata y vil. 

Bien por los actores, pero muy mal por los escritores y por el director. Un trabajo de arte también, muy mediocre. 

Me gustó que nos llevará de la mano el director en el sentido de ver cómo John Clayton regresa a su transformación paulatina para ser ahora Tarzán nuevamente. De igual forma, la actuación leal de Jane (Margot Robbie). Pero insisto, una historia mal realizada. Un fundamento de venganza poco fuerte en su argumento y un desenlace, también, flojo, débil.

A mí me dio la impresión que esto es pie para producir cinco películas más con Skarsgard al frente.

Si pueden, evítenla.

Quédense con la de disney.

Erick Xavier Huerta