The Water Diviner


Me apuré a ir a ver en cine, la ópera prima de Russell Crowe. No podía perderme su prima en pantalla de cine. Crowe demuestra haber aprendido bien de los grandes con quien ha trabajado.

Russell Crowe dirige una película, de forma impecable, con variedad de atmósferas, desde la entraña del cinema paradiso, hasta las virtuosas películas de Spielberg de guerra, con magia, con sabor, con sentimiento, con entraña, con sinceridad en toda su narración.

Fue escrita por Andrew Knight y Andrew Anastasios. 
Crowe es un gran orador, con una voz única, imprime en sus parlamentos el espíritu humano. Esa es una fuerza fundamental que imprimió en su película. 
Pocas películas logran imprimir el espíritu en una narrativa audiovisual. Las fibras de las entrañas, de la esencia humana, es captada en los sonidos, en las imágenes, en el montaje que dirige Crowe. Sin duda, un gran ser humano, sensible, y por eso, un gran actor.
Russell Crowe comienza su película con una serie de cortes del final de la primer guerra mundial, con el presente, desértico, abandonado por el sufrimiento, lo que causa una gran expectativa sobre la historia que vamos a ver. Russell narra una historia sobre el amor de un Padre a sus hijos, de forma única e irrepetible. Ambientada en aquella época, en el ambiente turco otomano, con esa cultura, pávida e irreconciliable con el imperio británico. Russell Crowe es Connor, un personaje interpretado sólo con la maestría con que Crowe lo puede hacer.

Crowe entraña el dolor de un padre que ya no sabe de sus hijos y que lidia cotidianamente con el dolor agonizante de su mujer, una madre que perdió a sus hijos y que quedó abandonada. Ya no puede la esposa de Connor, soportar una realidad sin su descendencia. Por su parte, Connor, es un hombre acostumbrado a su soledad, sin tener valor y poder para rescatar y devolverle la alegría a su mujer que acaba por perder la fe. 

Crowe comienza la película plasmando las experiencias extrasensoriales que tiene el ser humano, entre la realidad y lo onírico, los sueños, las ilusiones, la intuición, el sexto sentido que se conecta más allá de lo tangible. 
El dolor está presente. La película conmueve desde el primer minuto, un hombre solo cuyo dolor se enuncia en la pronunciación del cuento de la alfombra mágica de un príncipe que cuenta a sus hijos. Un hombre que recuerda siempre cómo rescataba a sus hijos cuando la naturaleza amenazaba en ese lugar carente de tantos servicios, alejado de la civilización. Y al perderlo todo, hace una promesa, volver a encontrar a sus hijos que se perdieron en la primer guerra mundial, en aquellas trincheras feroces donde británicos luchaban contra los Turcos. Y es, justamente un Otomano, que ayuda a Crowe a encontrar a sus hijos desaparecidos, porque es el único padre que se ha atrevido a irlos a buscar en esa tierra llena de fantasmas, además de ser zona prohibida para muchos, un resguardo militar. 

Russell Crowe es el adivinador, el maestro del agua. Hay muchos simbolismos en la película de Crowe. Ampliamente representa el espectro espiritual del ser humano— cómo nos conectamos a través de los cantos turcos, que a veces no entendemos conscientemente pero que nos reconocemos en su sonido y entendemos y sentimos empatía con ellos, justamente en eso que nos hace seres humanos, una sola humanidad en el mundo, sin importar culturas. La amistad no conoce lenguajes, mucho menos líneas fronterizas. 

Una mujer llena de prejuicios, lugar donde se hospeda Connor, en tierra turca, habrá de ser lugar para la reconciliación. 
El personaje de Crowe es entrañable. Nunca pierde el sentido de la inocencia. Es un hombre noble que se embarcará en una aventura sin precedentes.
Crowe va plasmando los momentos de la vida, esos en que te sientes alegre, feliz, con calma, con paz. Plasma la indiferencia de la vida, la calma después del sufrimiento. Crowe lo representa en los gritos de auxilio y desvarío y agonía que tienen los hombres que sufren en guerra, con dolor, impreso todo ello en el matiz y color de su canto que pide misericordia.

Crowe nos enseña el valor de los sueños. Su personaje continuamente se mueve por su aventura haciendo caso al lenguaje de su corazón, de su intuición, promovida por esencias espirituales que poco podemos comprender, pero que están ahí, que son esa voz desconocida que va dictando nuestro destino. 

Una de las mejores actuaciones en la película, es la de Yilmaz Erdogan, que  incluso merecería una nominación al óscar por su honorable interpretación de un militar turco que ayuda a Crowe en la aventura de regresar a sus hijos junto a su madre. 

Disfruté mucho la película de Crowe, por todo lo que he dicho. Es entrañable, sensible, que con gran elegancia pinta las esencias del espíritu humano, bajo los símbolos que representan nuestra condición. Crowe pinta el mundo Turco, pocas veces visto en cine, con pasajes memorables en los cantos, en los paisajes, en la cultura, los rostros, la pronunciación, el arte, el amor.

El café turco es leído para saber el destino. Me recuerda, que a mí también me lo han leído.  Que también sueño constantemente, y que a veces, podemos descifrar un poco de lo que viene, de lo que nos llama. 

A Connor, su hijo le llama por sueños, a través del corazón, lo mira un poco, observa ambientes, escenarios, manos, vestimentas, danzas, y su hijo está allí. En los adentros de Connor, sabe el paradero de sus hijos y lo que han sufrido. 
No sabe duda del amor que siente Russell Crowe por sus hijos y su familia.

Es una obra magnífica, trascendente. El final es excepcional. Aquí encuentras redención, amor, magia y fe.

Hasta ahora, en México, hay miles de desaparecidos. Miles de familias no saben dónde están sus hijos. Simplemente se van y desaparecen y no se vuelve a saber de ellos. Víctimas de la violencia, el ultraje, el robo y el maltrato a los seres humanos por seres humanos, México sufre, México siente y se refleja en la película de Crowe, retratando un momento que vivió la humanidad, en otra trinchera del mundo, en otra época, tal vez que nunca imaginó México tener que padecer, en un momento como el nuestro, tan oscuro y cruel que da miedo y destroza esperanzas.

Por eso vale la pena verla.
Por la redención, el amor, la magia y la fe.



Erick Xavier Huerta S.

Comentarios

Entradas populares de este blog

The Room Next Door

Nosferatu

A Real Pain