FURY




Conocemos a David Ayer, legendario director que apenas logra cumplir 6 créditos en su filmografía desde la mítica historia con Christian Bale «harsh times» donde Ayer desprende una de las mejores actuaciones de Bale y le da una tremenda lección que le haría trascender en su carrera por el complejo personaje que tuvo que interpretar.
Después vino "reyes de la calle" con Keanu Reeves; una película no muy efectiva. Luego «end of watch» donde Ayer recupera su estilo de autor y nos regresa a la atmósfera básica que imprimió en "harsh times".
Sabotage no la vi, y después de eso, Ayer colabora con Brad Pitt en una producción que pone todo a su orden.

Furia, corazones de hierro, corazones de acero. Cuenta la película la época de la segunda guerra mundial donde los países aliados enfrentaban duras batallas con equipos menos eficientes contra la supremacía en tanques de los Alemanes.

Brad Pitt es Collier, un sargento americano, líder de la tropa que comanda un pequeño tanque de las famosas columnas de los países aliados en territorio alemán. Y Ayer cuenta la travesía del tanque denominado "fury" ó "furia" (en español) a través de los campos alemanes. Ayer nos cuenta esta travesía conociendo de fondo a los personajes protagonistas de la historia, hombres que han dejado ya hace mucho tiempo atrás la nobleza y los sentimientos que enaltecen la condición humana.

Shia LaBeouf nos otorga una memorable actuación como un ministro religioso comandante en guerra, compañero del personaje de Brad Pitt y Jon Bernthal.
Logan Lerman actúa en principio como siempre lo ha hecho; es un joven miedoso, que no quiere ir a la guerra y está renuente a trabajar en ese equipo pero poco a poco, su actuación mejora al igual que la historia y la evolución de su propio personaje que será yendo guiado adecuadamente por Pitt, que es productor y por el personaje que interpreta.

David Ayer filma con tiempo, pausado, sin prisa y se concentra perfectamente para generar una serie de secuencias y cuadros del filme con bastante elegancia y finura. Respeta los silencios, imprime adrenalina y genera dolor y estrés al espectador.

Brad Pitt hace lo que mejor sabe hacer. Es un personaje enteramente construido para él, que también es productor y está involucrado al cien por ciento en esta producción de enorme manufactura.

Les puedo decir que me gustan las películas de David Ayer. Me parece que el director es un tipo que entiende muy bien la condición humana vulnerable siempre ante la violencia y las miles de reacciones y condiciones patológicas que se sufre respecto a un evento específico que genere estrés por los distintos matices de la violencia.

Es una gran película, no hay duda de ello.



EXHS

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