CATEDRALES

Oh, sí. 

No se trata de una catedral como tal, o un paseo por las más famosas del mundo, como muchas o muchos religiosos esperarían. Sin embargo, esa alusión al lugar más importante que comanda a las demás capillas y santuarios de una ciudad, aluden al fanatismo y la adoración que hacen miles de fieles a los dioses novedosos; y aquí no es una imagen santa ni mucho menos una idea de lo que puede ser una deidad, no, es más una explicación acerca del origen y destino del dinero y de lo que afecta este sistema en nuestro corazones y en la forma en que nos interrelacionamos unos con otros construyendo, a partir de eso, nuestra identidad.

Es un cortometraje que dirige con mucha cautela y elegancia el director Konrad Kastner, de Alemania, una producción del 2013 que se presenta en el festival 2014 en Guanajuato.

Yo tuve oportunidad de presenciarla en San Miguel de Allende. Kastner comentó, después de su proyección, que se inspiró en un video que explicaba el sistema, origen y concepto del dinero. él pensó que eso era mucho más profundo que los términos economistas con que abordan a este medio de intercambio. Y así es, en efecto, es un sistema que nos promueve como seres humanos. El dinero lo mueve todo, nuestras conciencias, nuestras almas, la forma en que nos reconocemos y la motivación de todos los días por alcanzar a construir las comunidades y tradiciones que queremos, aún cuando eso nos rebase y ya no nos alcance. El sistema neoliberal busca eso, enriquecer a todos por medio de la producción de bienes y servicios en un mercado libre y global. El único sistema que promete eso, elevar la calidad de vida de todos a partir de un consenso importante entre el empresario y la clase obrera. 

Es un cortometraje profundo, con imágenes impresionantes, reales, de ciudades abandonadas porque su status y su calidad de vida están fuera de los parámetros de lo que la gente puede pagar. Existe, y vale la pena revisar estas ciudades y la forma en que construimos pensamientos para generar nuestros grandes proyectos basados en ambiciones que alcancen una utopía que cobije a las mayorías.

Los parlamentos que combina Kastner con estas imágenes que tuvo suerte de conseguir, son realmente majestuosas, y lo vuelve un ejercicio de imaginación, como una lectura más que un impacto visual; porque son espacios vacíos donde alguna vez debió haber vida, o existió alguien. Es lindo y bello la forma en que imaginamos cuando seguimos esta voz narrativa que nos cuenta lo que sucedió en ese lugar donde todos adoraban al dinero.

exhs