The dark Knight Rises
Es indudable que atravesamos por un cambio en la sociedad, que viene una tormenta y un colapso a la cual, la adaptación del caballero de la noche viene como anillo al dedo. Ese es el punto fundamental de Nolan al aterrizar y acercarnos a un héroe en la sociedad contemporánea que nos carcome.
El caballero de la noche asciende planteando una premisa: Todos debemos ser un héroe. El símbolo por el que trabajó tantos años Mr. Wayne no dejaba frutos; sin embargo su legado a Harvey Dent provocó tiempos de paz, donde la justicia se debilita y la maldad tiene oportunidad para reforzarse y resurgir.
Christopher Nolan entrega una exquisita gama de personajes, tremendamente interpretados. Bane, Tom Hardy, la maldad en los ojos, la voz desgarradora, parlamentos inolvidables. Christian Bale, Batman, el resurgimiento, la perdida de la esperanza, el reencuentro con la fuerza del espíritu y, volver a vivir. Selina Kyle, Anne Hathaway replanteando la visión de Nolan sobre la gatúbela, un alter-ego que enamora a los dos: Batman y Wayne. La decepción generada por Miranda Tate, Marion Cotillard en una historia excepcional. Morgan Freeman y Gary Oldman siempre al rescate del mundo, la tríada perfecta para vencer al mal.
No hay película más entrañable de un súper héroe que la historia que entregó, en tres partes, el benéfico Nolan. Consagrado como un autor en plenitud, vemos un estilo muy marcado, los recursos utilizados en inception y las batman anteriores. Eso ayuda, tenemos una linealidad del arte y continuidad en ver cómo evolucionan los personajes.
Christopher Nolan ha sabido cómo vender sus películas y ganar reputación, por lo que lo anterior es casi inútil decirlo; estamos ante un negocio de millones de dólares para recaudar otros mil millones. Y luego la venta de DVD y blu-ray, muñecos, pósters, playeras; todo igual a las estrategias de mercadotecnia que usó George Lucas en la guerra de las galaxias.
El caballero de la noche hará de la emoción a través de Michael Caine, en la desesperación de un hombre que sufre por ver cómo, lo último de su familia, camina hacia su muerte. No puede tener otra vida, una normal. Se retuvo en su mansión, lejos y decepcionado de una sociedad a la que no pudo cambiar por más que pudo, a la que hizo falta fuerza para inspirar. El sacrificio no era nada y él se olvidaba de vivir. Y Joseph Gordon Lewitt, interpretando a un policía honorable llamado John Blake, una esperanza de la ciudad caótica.
Joseph Gordon Lewitt interpretó de forma emotiva y excelsa a John Blake. Su personaje impone en pantalla y nos arrastra al vehículo que usa Nolan para indicarnos la fuerza que todos tenemos para dar pasos en el sendero del honor. Al final, ascienden los hombres, las personas comunes que andamos y hacemos del mundo, construimos la familia, albergamos las ideas que obligan a intervenir en actos justos ó mezquinos.
Sé que muchos, por su ceguera fanática no admitirán los huecos y errores de la película. Un guión con cabos sueltos y el tiempo que se viene encima al director que provoca que el final cierre de forma apresurada. Sin embargo, jamás olvidaremos los increíbles planos secuencia, el encuadre y movimiento de cámara que encumbra al noble héroe que sufrió al perder a sus padres en manos de la impunidad y el resentimiento social de una sociedad enferma, presa de la locura, la vileza y la mezquindad.
Jamás olvidaremos la historia que trajo Nolan, a pesar de que a momentos, el guión tiene miedo de indicar que el sistema económico colapsará. Se usa de punto de partida los grandes retos que nos vienen a una sociedad engañada, perpetrada en el consumo de lo innecesario y en la agonía de la división de clases.
Jamás olvidaremos esta leyenda.
La historia de un hombre que fue víctima de la injusticia, y que en su soledad halló las fuerzas para combatir un mal que se propaga como el cáncer.
Jamás olvidaremos que somos capaces de actuar con verdad.
EXHS
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